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Hamburgo

«Mi último partido en el Calderón»

«Saca a Jurado», le pidieron Agüero y Forlán en Anfield en la vuelta de la semifinal de la Liga Europa. El gaditano esperaba en el banquillo con la prórroga ya comenzada. El Liverpool acababa de marcar su segundo gol, el que eliminaba al Atlético, y Quique sacó a Jurado.

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Tres minutos después, el uruguayo marcaba el tanto que clasificaba a los rojiblancos para la final de Hamburgo que les devolvería a la élite europea. No pensaba Quique entonces que iba a terminar su etapa en el Calderón y su relación con Forlán como está a punto de terminar. Tampoco lo pensaba cuando el pasado verano pidió al «7» que acelerara su pretemporada para llegar en forma a la Supercopa de Europa contra el Inter. Al uruguayo, que llegaba de ser elegido el mejor jugador del Mundial, le pareció una buena idea. Estaba obsesionado con conseguir el Balón de Oro que se suponía una pelea entre él y Sneijder. En el Atlético manejaban filtraciones que les hacían pensar que el trofeo era una cosa entre ellos y Xavi. Y forzó. Igual que cuando consiguió la Bota de Oro. Pero no salió bien. El cansancio se le vino encima a Forlán y la relación con su entrenador se deterioró a pesar de que muchas veces ignoró pequeñas lesiones y molestias para jugar.

Quique no ha superado esas diferencias. Tampoco la venta de Jurado o la de Simão, que se hicieron en contra de su voluntad. Como el fichaje de Elías. Por eso hace tiempo decidió que ésta sería su última temporada en el Calderón. Ayer, en la sala de prensa del Cerro del Espino, le costó, pero acabó reconociéndolo. «No es momento para hacer balance, no es mi último partido en el Atlético», dijo cuando le preguntaron si se arrepentía de no haber puesto más empeño en evitar la marcha de Jurado. «Será un día especial y distinto, porque es mi último partido en el Calderón», reconoció después al referirse al encuentro de esta noche contra el Hércules. Nada nuevo. Hace tiempo que el Atlético busca un técnico, a pesar de los deseos de Enrique Cerezo de dar estabilidad a un puesto que se multiplica por dos cada año desde que llegó la familia Gil. 48 entrenadores en 24 temporadas. Quique sólo es uno más, pero es el entrenador que hizo que el equipo volviera a ganar. Dos títulos el año pasado, algo que el Atlético desconocía en los catorce cursos anteriores.

Demasiado como para marcharse de cualquier manera. Ayer, quiso ajustar cuentas con su plantilla y con la afición. Volvió a cargar contra Forlán: «Vosotros tenéis la misma información que yo en cuanto al rendimiento de los jugadores, pero no en cuanto a su disponibilidad. Y tengo en cuenta las dos cosas para tomar decisiones». Aplaudió a Antonio López: «Ojalá siempre tenga un capitán como él. Entiende la dirección de grupo de manera espectacular». Y agradeció a la afición el apoyo que espera le vuelva a ofrecer hoy. «Siempre ha estado por encima de nosotros».