La tele y el tabaco silencian el «bombo» del popular Manolo

La ordenanza municipal del Ayuntamiento, que prohíbe orientar las televisiones a la calle, y la reciente implantación de la ley antitabaco están acabando con un establecimento que es lugar de peregrinación para los aficionados al fútbol.

 Lleno de recuerdos de más de 37 años acompañando a la Selección, este año puede ver cerradas sus puertas por la terrible situación que atraviesa. «Pago más de 2.000 euros por la terraza, y ahora los que vienen a mi bar no pueden ver el fútbol; esto está acabando con mi negocio», aseguró Manolo, quien ha estado en ocho mundiales de fútbol y otras tantas eurocopas.

Con más gastos que ingresos, si en su local –un templo en la ciudad para ver el fútbol– no se pueden ver las retransmisiones de ese deporte, «por lo que pago más de 500 euros mensuales a las cadenas de televisión», se verá obligado a cerrar. Vecinos, amigos y compañeros de profesión se muestran desolados. No sólo por la situación por la que atraviesa el establecimiento, sino porque se puede acabar con un local reconocido a nivel mundial y que se ha convertido en un templo deportivo. Manuel Fernández, dueño del bar Ciudad Real, que está situado al lado del local de Manolo, considera que es «penoso que tenga que cerrar». Manuel aseguró que no les han dado «ninguna explicación» del porqué de una ordenanza que también está acabando con su negocio familiar. Además, clientes habituales como Alfonso, quien también se confiesa amigo del popular personaje, no dan crédito. «Si no hace caja y no puede pagar, tendrá que cerrar».

 El famoso Manolo «el del bombo», siempre simpático con todo aquel que se acerca a su museo particular –«este bar está abierto para todo el mundo, da igual que vengan a hacerse una foto o que consuman diez euros», dice– aguantará hasta que no pueda más. Mientras, todos los que consideran este local como uno de los lugares imprescindibles para disfrutar del fútbol, esperan que el problema se solucione.