Barcelona
«Somos una cultura nosotros decidimos»
Dos horas antes de la corrida de toros que ayer protagonizaban Rivera Ordóñez, El Fandi y Alejandro Talavante en La Monumental de Barcelona, decenas de aficionados a la Fiesta se concentraron en la puerta principal de la plaza en su penúltimo intento por evitar que el Parlamento de Cataluña apruebe este miércoles la prohibición de los festejos.
Los amantes de la tauromaquia acudieron con «senyeres» para dejar bien claro que las corridas de toros tienen profundas raíces en Cataluña. Los protaurinos se manifestaron en el chaflán de la calle Marina, que bordea La Monumental. Al otro lado de la calle, un puñado de antitaurinos hicieron sonar sus silbatos y levantaron sus carteles en contra de los toros. «Hoy somos mayoría», celebraron en el lado de La Monumental.En la concentración pudo verse, entre otros, al torero catalán Serafín Marín; al coordinador de la Plataforma para la Promoción y Difusión de la Fiesta, Luis Corrales; a la vicepresidenta de la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña, Marilén Barceló; y al diputado del PP Rafael Luna.Luis Corrales aseguró que «todavía hay cosas por hacer en la tarea de conseguir que no se prohíban los toros en Cataluña, pero la verdad es que el trabajo principal ya está hecho». ¿Un pronóstico sobre la votación del miércoles? «Sé que no voy a aclarar mucho las cosas porque creo que podemos ganar y podemos perder», responde.La incertidumbre impera entre los aficionados al toreo. Pero ayer, su sentimiento dominante no era ése. «¡Libertad, libertad, libertad!», cantaron una y otra vez. También corearon «esta plaza no se cierra» y «somos una cultura, nosotros decidimos», parafraseando el lema de la manifestación del pasado 10 de julio en contra de la sentencia del Estatut («somos una nación, nosotros decidimos».Los amantes de matadores como José Tomas, de El Juli y El Cordobés temen la prohibición. «40 años después vuelve la represión al pueblo catalán», se podía leer en una pancarta. «Toros sí», escribió otro en una enorme bandera catalana.No faltaron las peñas taurinas ni gritos desde el alma como «¡vivan los toros!». La concentración transcurrió sin ningún incidente grave, aunque taurinos y antitaurinos se dedicaron varias lindezas desde cada uno de sus lados en la calle Marina. Agentes de los Mossos d'Esquadra y de la Guardia Urbana velaron por la seguridad, aunque en ningún momento estuvo en riesgo. Acaso cuando dos jóvenes activistas antitaurinas se infiltraron en el bando de los amantes de la Fiesta, lo cual entendieron como «una provocación».El miércoles, nueva concentración a las puertas del Parlamento catalán. Será el último intento por evitar la prohibición de las corridas de toros en La Monumental de Barcelona.
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