Londres
Muere una cooperante británica en la operación militar para rescatarla
El Gobierno británico confirmó ayer la muerte de la cooperante secuestrada hace dos semanas en Afganistán. La escocesa, Linda Norgrove, falleció la noche del viernes a manos de sus captores durante una operación militar para rescatarla.
El pasado 26 de septiembre el vehículo en el que viajaba en la provincia de Kunar sufrió una emboscada y un grupo de hombres armados la cogió como rehén junto con otros tres afganos.
El Ejecutivo siempre temió por su vida por lo que, cuando los servicios de inteligencia dieron con su paradero, el primer ministro David Cameron autorizó al Ejército estadounidense a llevar a cabo su rescate. «Las decisiones sobre las operaciones para liberar rehenes son siempre difíciles. Pero cuando la vida de un británico está en tanto peligro, y si nosotros y nuestros aliados podemos actuar, creo que es correcto tratar de hacerlo», matizó ayer el «premier» en un comunicado.
Según el rotativo «The Times», las Fuerzas Especiales que participaron en la operación creen que la cooperante podría haber muerto en una explosión causada por un chaleco suicida de uno de sus captores. Las tropas estadounidenses irrumpieron en el complejo donde estaba retenida con pequeñas armas de fuego que no podían causar las heridas mortales que luego descubrieron en su cuerpo. Norgrove, de 36 años, trabajaba para el grupo humanitario DAI y tenían una larga experiencia en países conflictivos. Cuando fue secuestrada, el ministerio de Asuntos Exteriores hizo un llamamiento a los medios pidiendo que no publicaran su nombre para no entorpecer una liberación segura. En un principio, la Policía de Kunar se mostró optimista pensando que los militantes podían negociar, pero las autoridades británicas temieron siempre un posible contrabando o que fuera vendida a grupos aún más extremistas.
Una agencia de noticias paquistaní con sede en Peshawar aseguró que la cooperante se encontraba retenida por un comandante talibán, llamado Mohammed Osman que exigía a cambio de su liberación la puesta en libertad de Aafia Siddiqui, un científico paquistaní encarcelado por vínculos con Al Qaida. Sin embargo, la versión de la Policía afgana señalaba que la británica estaba en manos de un comandante local talibán, Maulavi Abdul Basir, que había secuestrado y liberado ya varias veces a trabajadores humanitarios en el pasado. Un rescate similar el año pasado también finalizó con la muerte de un soldado británico y un periodista afgano. Las fuerzas especiales británicas llevaban entonces a cabo una operación en Kunduz, en el norte de Afganistán, tras el secuestro del reportero Stephen Farrell y su colega afgano Sultan Munadi, responsables de investigar las consecuencias de un ataque aéreo que dejó más de 100 muertos civiles.
Cuatro italianos muertos por un ataque talibán
La reconstrucción de Afganistán sigue pagándose con muertos. Ayer le tocó el turno a Italia, que perdió a cuatro de sus soldados en un ataque de los talibán con armas de fuego y un artefacto explosivo. También resultó herido de gravedad otro militar. Los cinco soldados iban a bordo de un vehículo Lince que formaba parte de un convoy que transportaba material para la construcción de una base en la zona de Farah, al suroeste de Afganistán. Los talibán tendieron una emboscada al contingente italiano, atacándolo con armas de fuego y un artefacto explosivo, que destrozó el vehículo Lince donde viajaban las cinco víctimas del atentado. Con los cuatro muertos de ayer son 34 los soldados italianos que han perdido la vida en Afganistán desde que comenzó en 2004 la misión de la Isaf. El atentado ha vuelto a abrir el debate en Italia entre la opinión pública sobre la permanencia de las tropas en el país asiático. Informa desde Roma, Darío Menor.
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