Energía

La luz del INE

La Razón
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Animo a comprobarlo. Por lo menos hasta anoche, cerca de un veinte por ciento de las dependencias del Instituto Nacional de Estadística (INE) situadas en pleno Paseo de la Castellana, al lado mismo de la plaza de Castilla en Madrid, se encontraban iluminadas. Me he fijado durante varias noches para ver si estaban trabajando, rematando alguna de esas sesudas encuestas con las que nos sorprenden de vez en cuando, como la de ayer sobre el precio de la vivienda, o los datos mensuales del IPC, pero no. Por esos despachos no aparecen inquilinos ni tampoco he visto a personas haciendo la limpieza o labores de mantenimiento. Y todo esto sucede justo cuando el Gobierno está metido de lleno en una campaña para que ahorremos energía, centrada hasta ahora en la reducción de la velocidad máxima en autopistas y autovías. Dada la situación actual, digo yo que, al mismo tiempo y para dar ejemplo, podría comenzar por poner un poquito de orden en sus propias dependencias y racionalizar el gasto nocturno en electricidad. Que el ahorro de todo tipo de energía debe ser una de las prioridades de todos es de sentido común, especialmente en un país como el nuestro que es muy dependiente desde el punto de vista energético, y más con la que está cayendo por ahí fuera: revueltas en países productores de petróleo y subida del precio del mismo; terremoto en Japón que ha provocado problemas en centrales nucleares de este país y ha reavivado la polémica sobre la seguridad de «lo atómico»; anuncios sobre nuevas subidas del precio de la luz; falta de una política energética en España… Sí al ahorro de energía, pero con el Gobierno y el INE dando ejemplo.