El pontificado de Francisco

Los ángeles de la sacristía

Con minuciosidad y templanza. Así trabajan en la sacristía de la catedral las Auxiliares Parroquiales de Cristo Sacerdote, unas monjas que trabajan diariamente en la catedral compostelana y que hoy se ven obligadas a trasladar su centro de operaciones habitual al exterior del templo.

Con sólo una mirada al sacerdote que tienen enfrente saben perfectamente cuál es la talla perfecta para la casulla y el alba que tienen que utilizar para revestirse
Con sólo una mirada al sacerdote que tienen enfrente saben perfectamente cuál es la talla perfecta para la casulla y el alba que tienen que utilizar para revestirselarazon

Son las encargadas de toda la intendencia de la eucaristía que presidirá el Santo Padre en el Obradoiro. Detrás del imponente altar lineal del arquitecto Iago Seara y de la gran cruz de granito de Manolo Paz, ellas trabajarán desde lo oculto en su «sacristía móvil». Ahí estarán para dar con el alba adecuado a cada unos de los 117 obispos que concelebrarán la misa. Es más, las tienen colocadas por tallas a modo de un «fitting room», que ya quisieran los grandes de la moda tenerlo tan ordenado. «Nos preocupa encontrar la adecuada para cada prelado, son muy distintos», comentan sin querer desvelar su nombre, fieles al carisma que les imprimió su fundador, el sacerdote quipuzcoano José Pío Gurruchaga Castuariense. Elevan la humildad y la discreción a la enésima potencia y se pelean por no salir en la foto. Y eso que tendrían mérito para ocupar un gran titular. Ellas han elaborado artesanalmente el mantel del altar en hilo de tergal, realizado ex profeso para la ocasión y que verán unos 200 millones de espectadores a través de la televisión. «Aunque lo empezamos aquí, pero con el jaleo que hay en la catedral cada día, nos han tenido que ayudar nuestras hermanas de Toledo, porque lleva un minucioso trabajo a mano de vainica en gris verdoso», comenta una de ellas, que aclara además que el Papa suele viajar con su propia casulla y mitra, que suele regalar al lugar que visita.

También se estrenará en la Eucaristía un sillón papal y se utilizarán copones en rojo, color de la misa en honor a Santiago en la que unos 600 sacerdotes repartirán unas 15.000 formas. Por todos ellos y por los peregrinos, rezan y trabajan. «Muchos comienzan tocados el Camino y cuando llegan aquí redescubren el sentido de su vida». En parte, seguro, gracias a estos ángeles que, allá donde trabajan, son silenciosos pero eficaces.