Barcelona

Dos obras inéditas del Picasso barcelonés

Una galería expone unos encargos realizados por el pintor en 1902

El original para el anuncio del medicamento Lecitina Lagell
El original para el anuncio del medicamento Lecitina Lagelllarazon

BARCELONA- A principios de 1902, tras una importante estancia en París, el joven Pablo Ruiz Picasso vuelve a instalarse en el domicilio familiar de Barcelona. Es en ese año cuando realiza dos interesantes dibujos que no se habían expuesto hasta la fecha, aunque sí se conocían por reproducciones de época. La Galería Gómez-Turu de Barcelona presenta desde esta semana ambas piezas dentro de una exposición dedicada al genio malagueño y a Joan Miró. Procedentes de una colección particular de la capital catalanas, estas dos joyas picassianas son las únicas de esta muestra que no están en venta. Fueron realizadas durante la etapa azul de Picasso.
Un día de fiesta
La más importante de estas piezas es la titulada «Gigantes de Cataluña», un dibujo que fue utilizado el 5 de octubre de 1902 como portada del periódico «El Liberal» con motivo de las fiestas de la Mercè de ese año. La celebración no tuvo lugar el 24 de septiembre, como suele ser frecuente. Las autoridades municipales decidieron trasladar la convocatoria unos días más tarde, logrando la participación de numerosas carrozas y carretas procedentes de toda Cataluña.
En el dibujo, en un primer plano, hace su inicial aparición la escena de maternidad que posteriormente protagonizará algunas de las telas del periodo azul de Picasso. Es la misma mujer que un año más tarde el pintor incluirá en el cuadro «La tragedia», una honda reflexión sobre la pobreza como tema, justo en un momento en el que la situación económica del artista no pasa por su mejor momento. Sin embargo, esta mujer tendrá su principal protagonismo ese mismo año, pero en otro gran cuadro, «La vida», el homenaje que Picasso realiza a Carles Casagemas, su amigo pintor que acababa de suicidarse en París por problemas amorosos.
La «maternidad azul» no es el único ser del imaginario picassiano que se estrena en esta composición. Entre los gigantes y una carroza con un Aníbal sobre un elefante, aparece la divinidad del joven Dionisio con su corona de laurel y su tirso. Posteriormente Picasso se identificará con este personaje mitológico y lo que incluirá en un buen número de grabados, pinturas y cerámicas.
Toda esta escena barcelonesa para «El Liberal» ha sido estudiado por Josep Palau i Fabre y John Richardson, dos de los principales especialistas en el artista. Ambos coinciden en señalar a los hermanos Sebastià y Carles Junyer-Vidal como inductores de esta composición en la que se puede ver el castillo de Montjuïc como fondo. Picasso los había conocido en sus años de bohemia entre la cervecería «4 Gats» y los prostíbulos de la calle Aviñón, y en 1902 Carles era propietario del diario.
El otro importante dibujo en la Galería Gómez-Turu es del mismo año que la ilustración de «El Liberal». También se trata de un encargo, pero en este caso con una finalidad un tanto insólita. Sirvió para ilustrar un anuncio de Lecitina Agell, un medicamento que se empleaba para las enfermedades del sistema linfático y óseas. En esta ocasión volvió a colaborar con los hermanos Junyer-Vidal para este trabajo firmado con una sencilla «P» que Picasso enmarca en un círculo.
El pintor se apoya insólitamente en los personajes de la Comedia del Arte: el arlequín y la colombina, incorporando algo de cromatismo. En su época rosa, hacia 1905, volverá a retormar esta misma temática.
Para Richardson de esta manera Picasso, a quien no le gustaba enfrentarse a encargos de estas características, podía conseguir dinero para poder volver a París como pasó muy poco después.