Arsenal
La eficacia
Agustín Domínguez, a quien anoche eché de menos porque su muerte, nunca la consideré anunciada aunque López Serrano me hablara de que estaba malito, Agustín, digo, siempre que hablaba de goleadores se refería a Puskas. Contaba el número de goles y el porcentaje. Antes de que Villa marcara el penalti, entre él y Raúl existía la eficacia, lo que Agustín consideraba fundamental para ponderar la capacidad goleadora. Para marcar 44 goles, Villa ha jugado 69 partidos; Raúl, 102. El porcentaje: 0,63 para el asturiano y 0,43 para el madrileño. El gol justifica todo en el fútbol. Si no existiera medida tan incontestable la otra virtud, la posesión del balón, por mucho que los porcentajes estuvieran a favor del equipo español, correríamos el peligro de jurados de injustas sentencias. España dominó hasta la saciedad y una de las más atropelladas llegadas al área fue la causa del penalti. Villa quiso quitarse de encima la ansiedad por el gol que se le negaba. La Selección apabulla y obliga al contrario a jugar al borde de su área. Sólo hubo un apuro que salvó in extremis Capdevila. A la Selección le cuesta encontrar el tanto. Lo busca con juego que encandila, pero que no siempre es rentable. Escocia en quince minutos se apuntó a la rentabilidad con dos dianas. La eficacia, según mi amigo Agustín, hay que medirla desde el baremo de Puskas. El de Villa es el actual y el de Llorente, el más inmediato.
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