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Una Pascua con aroma a Juan Pablo II

Benedicto XVI celebró ayer la misa de Pascua de Resurreción ante más de 150.000 personas congregadas en la Plaza de San Pedro, entre los que destacan los numerosos peregrinos que ya invaden la ciudad romana ante la inminente beatificación de Juan Pablo II el próximo 1 de mayo, donde el ambiente que se respira está totalmente encuelto en esta beatifiación.

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En Roma no hay ni un sólo rincón donde no haya una imagen de Juan Pablo II, o un souvenir con su retrato. En la misa, el Papa ha pedido que «la luz de la paz y de la dignidad humana venza las tinieblas de la división, del odio, y la violencia» en Oriente Medio y para que esta paz llegue también a los pueblos que sufren «un tiempo de pasión».

El Santo Padre recordó la situación que sufre el Norte de África y Oriente Medio e invitó a todos los ciudadanos , sobre todo a los jóvenes «a esforzarse en promover el bien común y construir una sociedad en la que la pobreza sea derrotada y toda decisión política se inspire en el respeto a la persona humana». Además, hizo una mención especial también a los jóvenes allí congregados a que «abran su corazón a la acogida, para que, de manera solidaria se puedan aliviar las necesidades urgentes que tantos hermanos necesitan».

Recuerdo al tsunami de JapónBenedicto XVI subrayó su esperanza para que Japón «encuentre el alivio y la esperanza en estos momentos en que afronta las dramáticas consecuencias del reciente terremoto, y que también lo encuentren aquellos países que en los últimos meses hayan sufrido cualquier catástrofe natural y hayan sembrado dolor y angustia».

El Santo Padre también tuvo un recuerdo especial para aquellos cristianos que se sienten perseguidos, en especial, a aquellos países que sufren atentados hacia las comunidades cristianas, como Pakistán, Irak y Egipto, y pidió «que el anuncio de la resurrección victoriosa de Jesús infunda valor y confianza a quienes sufren contrariedades y persecuciones a causa de la propia fe en el Señor Jesús».

Sin embargo, recordó que Cristo «ha muerto y resucitado precisamente por esto, y ha muerto a causa de nuestros pecados de hoy y ha resucitado para redimir nuestra historia de hoy; por eso quiero que mi mensaje llegue a todos, incluso a los pueblos con conflicto».

El Papa «realoja» a unos gitanos
Benedicto XVI expresó ayer su solidaridad con un centenar de gitanos que ocuparon la basílica de San Pablo Extramuros de Roma tras ser desalojados de un asentamiento ilegal de la capital y que, por intervención del Vaticano, serán realojados en un centro de Cáritas. El Papa, según informó el portavoz vaticano, Federico Lombardi, este grupo de gitanos procedentes de Rumanía desde el pasado viernes «han encontrado apoyo» de la Iglesia en ese lugar. Los gitanos ocuparon dos grandes habitaciones destinadas a almacén, cercanas al claustro del templo «donde han podido comer y permanecer sin problemas ni tensiones», asegura Lombardi. El Ayuntamiento de Roma propuso a los gitanos darles una ayuda económica de mil euros si decidían regresar a su país. A los que se negaran los alojaría de manera separada. Con la mediación de Caritas se alcanzó un acuerdo: las familias serán alojadas en un centro gestionado por una cooperativa social para que puedan permanecer unidas.