Eduard Farelo / Actor: «‘‘Toledo'' es como el póker te la juegas a una carta»

Ya lo anticipó el director general de Boomerang, Goyo Quintana de Uña, cuando se presentó «Toledo» a la Prensa: Eduard Farelo sería una de las revelaciones de la serie. Este halago encontró su justa correspondencia desde el primer episodio, en el que Farelo se luce y realza a su personaje, Rodrigo, un noble guerrero, leal a Alfonso X, que le nombra magistrado de Toledo.

-Se afirmaba que iba a ser la gran sorpresa de la serie y, tras ver el primer capítulo, cumple con las expectativas...
-Todos los actores deseamos un papel como el de Rodrigo, un personaje muy exigente desde el punto de vista interpretativo y que requiere que nos impliquemos mucho. Rodrigo es un personaje complejo. Le conocemos cuando ya carga con una mochila de emociones y conflictos que le pesa mucho. Arrastra mucho dolor y llega a Toledo después de diez años sin ver a su familia y para enfrentarse a un mundo que desconoce.

-En su estreno, «Toledo» contó con el respaldo de la audiencia. Parece que las series de época son sinónimo de éxito.
-Que nos cuenten una trama ambientada en un período histórico que no sea el contemporáneo tienen un plus de curiosidad que los espectadores valoran. Además, si están bien hechas, requieren mucho más esfuerzo de producción y son unas propuestas más valientes, algo que también agradecen los actores y los equipos técnicos. Una producción como ésta es como jugar al póker, ya que entraña muchos riesgos y te lo puedes jugar todo a una sola carta.

-Su personaje es un hombre de férreos principios y valores...
-Su gran baza es que es muy leal. Lleva la palabra de honor escrita con mayúsculas, aunque en los próximos episodios –una vez que empiece a ejercer de magistrado de Toledo y se enfrente a los problemas de convivencia entre cristianos, árabes y judíos– se le verán las aristas y alguna grieta. Pero a pesar de ello es un hombre que tiene una escala de valores muy nítida.

-«Toledo» es una serie muy ambiciosa, ¿también es muy exigente con los actores?
-Bueno, hay que aprender a montar a caballo, a manejar la espada... pero en el fondo es una gozada porque reaparece el chaval que todos llevamos dentro y recuperas lo que es actuar: un maravilloso juego. Mire, cuando contacté con la producción y vi el vestuario y los decorados aluciné y pensé: «No puedo por menos que estar a la altura de todo este despliegue de producción, no puedo desafinar». Además, tenga usted en cuenta que el vestuario y los decorados son una gran ayuda para el actor, ya que te metes mucho más rápido en situación y te ayuda a afrontar las escenas.

-¿Está muy pendiente de los índices de audiencia?
-Intento aislarme para no convivir con esa presión. No niego que despierta cierta incertidumbre, pero, la verdad, tengo la suerte de que «Toledo» ya me ha pillado mayor y puedo distanciarme con el fin de centrarme en lo que importa: en mi trabajo y en no defraudar a los guionistas...

-...Que también han estado a la altura.
-Por supuesto. Lo que más me gusta de su trabajo es que en todas las secuencias se explica algo, todas tienen sentido y no hay tiempos muertos.

-Las series de ficción españolas gozan del favor del público, ¿por qué no sucede lo mismo en el cine español?
-Es una gran pregunta para la que no tengo respuesta. Lo único que espero es que el ciclo del éxito de la ficción española en televisión sea muy largo porque da trabajo a muchos profesionales.

-¿Cómo valora las series de ficción extranjeras?
-Canales como HBO son una magnífica válvula de escape para la creatividad. Es un espacio de libertad para directores y guionistas, ya que pueden estrenar proyectos que en Hollywood no se pueden ni plantear. La cierto es que en la televisión cada vez hay más atrevimiento y eso siempre es bueno.

EN PRIMERA PERSONA
Padre de cinco hijos, hasta ahora Eduard Farelo era más conocido por su voz que por su semblante. No en vano dobla a actores como Colin Firth («El discurso del Rey»), Eric Bana («Troya»), Edward Burns, Gollum en la trilogía de «El señor de los anillos» y uno de los protagonistas de «C. S. I.». También es muy conocido en Cataluña por su aparición en la serie de ficcción «Nissaga de poder».