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Las ayudas a la formación sindical se han duplicado con Zapatero
El 6 de abril de 2000, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba la concesión de ayudas para el «desarrollo de Planes de Formación Continua». Todavía en pesetas y en la última tabla antes del anexo de denegados figuraban las organizaciones sindicales permanentes.
Se hacían con más de 1.845 millones de pesetas (11.091.763 euros), una cantidad de la que casi el 85 por ciento iba destinado a Comisiones Obreras (CC OO) y la Unión General de Trabajadores (UGT). Una década después, con distinto Gobierno, en crisis y con los sindicatos más combativos y críticos que nunca, reciben casi tres veces más: un total de 29.036.380 euros. El 80 por ciento para las centrales de Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, tal y como se anunciaba en el BOE del pasado 4 de agosto. Y sólo para formación, sin hablar ya del resto de fondos públicos que obtienen para todo tipo de partidas y proyectos.
Un aumento de unos 18 millones en diez años y que comenzó una ascensión casi imparable con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero a La Moncloa en marzo de 2004. Hasta entonces, en la última Legislatura de José María Aznar, este tipo de subvenciones pasaron de esos 11 millones de 2000 a los 13,5 de 2004. A partir de ahí no han hecho más que engordar. Sólo el primer año de Gobierno socialista se inflaron un 36 por ciento (de 13,5 a 18,5 millones). Era el principio de una buena relación que se manifestaba año tras año con actos como el de los sindicatos mineros de Rodiezmo (León) que abrían el curso político para el PSOE; con las figuras socialistas cantando «La Internacional»; con peticiones de voto...
Los primeros cuatro años de Rodríguez Zapatero en el poder sirvieron para afianzar aún más esa relación con las centrales sindicales. Es más, en febrero de 2004, últimos fondos con el PP, las ayudas destinadas a los sindicatos aparecían englobadas en la misma disposición del BOE y el epígrafe general era únicamente «ayudas para el desarrollo de Planes de Formación Continua». Desde 2005, tienen su propia disposición y título: «ayudas para el desarrollo de planes de Formación Continua en el ámbito de las Organizaciones Sindicales».
En 2006, tal y como publicaba el BOE del 21 de marzo, esa cantidad ya había ascendido a 21.275.200 euros y más de la mitad era para CC OO y UGT. Y volvió a subir en 2007: 1,2 millones más para elevar esas ayudas a formación continua sindical hasta los 22,5 millones de euros, según informaba el BOE del 13 de abril de ese mismo año. Eran las últimas ayudas de este tipo de la primera Legislatura de Zapatero, aunque en la segunda no se iba a olvidar de sus «amigos».
Arrancaba su segundo mandato en 2008 con más dinero para los sindicatos. El 3 abril se aprobaron y el 19 de mayo se publicaron otros 26.226.380 euros, 3,7 millones más que el año anterior. Unos estudios, los de los sindicatos, que año tras año salían más caros a un Ejecutivo que entraba en una crisis que no quería reconocer y al que los ciudadanos comenzaban a pedir medidas para evitar un desastre. El Gobierno, mientras, seguía mimando a los sindicatos sin pensar siquiera que en menos de dos años le iban a convocar una huelga general.
Pero daba igual la situación y había que invertir más en el aprendizaje de las organizaciones sindicales, por lo que en 2009 se destinaron 28,9 millones de euros.
Esa huelga ya citada comenzaba a sobrevolar. Los sindicatos criticaban a quien hasta entonces había sido su leal «camarada» y fijaban el tan temido paro. Críticas y más críticas contra el Gobierno se escucharon en boca de Toxo y Méndez mientras el Ejecutivo volvía, otra vez, a darles más dinero. Más de 29 millones es la última contribución de Zapatero a la formación sindical, los cuales se aprobaron pocos meses antes del 29-S.
En definitiva, un aumento de más de 18 millones en apenas diez años. Y sólo en el ámbito de los planes de formación.
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