Me importa un pepino

Tal y como andan las cosas con el asunto de los pepinos, este dicho del refranero popular queda más obsoleto que la candidatura de Carmen Chacón. Los pepinos importan y además es mejor decirlo en alemán que en español, para que el país del Achtung nos tome un poco más en serio. Es cierto que el tema del pepino, no es como para tomárselo a risa, porque la bacteria que lo ha infectado ya se ha llevado la vida de varias personas por delante; pero tampoco tiene ninguna gracia que Alemania decida inculpar a nuestros agricultores, cuando existen poderosas dudas respecto a si la infección de la hortaliza se ha producido en nuestro país o en la propia Alemania después de su manipulación. Lo peor de la cuestión, fallecimientos aparte, es que, en tiempos de crisis, las desgracias sirven para que algún listo pretenda aprovecharlas y sacar partido de ellas. Y en ese caso, esos listos parecen ser los propios alemanes que ya se han encargado de crucificar, en las páginas de sus diarios más amarillistas, a ese pepino ecológico español -que es referente en Europa, como el resto del cultivo ecológico-, con la intención de que, a partir de ahora, exista más reticencia a la importación del mismo que a consumir hortalizas alemanas, aunque sean de peor calidad. Lo importante, en todo caso, claro, es que se determine la causa de la infección y se controle para que no se vuelva a repetir…Pero todo ello sin demonizar al sector español, cuya reputación es de siempre intachable, porque se preocupa de todo y nada, por nimio que se, le importa un pepino.