Estados Unidos
Deuda y alternativas
Las Administraciones Públicas propenden por lógica política a subir el gasto pero no tanto los impuestos, generando así déficits y deuda, por la cual las autoridades aparentemente pueden dar a sus súbditos lo que quieren.Es como una tarjeta de crédito, dice Anthony de Jasay («Is Society a Great Big Credit Card?», www.econlib.org), que permite consumir ahora y pagar después, o no.Usted y yo no podemos consumir indefinidamente más de lo que producimos, aunque las autoridades procuran que lo hagamos rebajando artificialmente los tipos de interés hasta que estalla la burbuja, como hemos visto. El Estado sí es capaz de hacerlo, si hay suficiente crecimiento y pueda pagar deuda con más deuda; en caso contrario se impondrá una restructuración, o inflación, o default.La deuda de un país se debe a nativos o extranjeros y en moneda local o divisas. La peor combinación es Grecia (extranjeros/divisas); una situación mala pero no pésima es la de Estados Unidos, que debe a no residentes pero en una moneda propia que puede emitir.Curiosamente, dice de Jasay que la mejor combinación es la aparentemente catastrófica, la de Japón, que debe a nativos y en yenes.En este caso, si todo estalla, el Gobierno puede cobrar impuestos y provocar inflación hasta pagar la deuda, y entre tanto no hay prisa e incluso una deuda del 200 % del producto interior bruto es sostenible.El cuarto escenario, de abultada deuda y un porcentaje alto en divisas, fue el de mi Argentina natal.
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