Coge el dinero y corre por Santiago TALAYA

La política hace extraños compañeros de cama pero, al menos de momento, el romance entre Rajoy y Griñán está resultando fructífero. El primero ha conseguido rebajar la oposición de la comunidad andaluza a su política general de Estado por más que dirigentes socialistas y de Izquierda Unida se dejen ver, como ayer, en manifestaciones sindicales menguantes en asistencia y crecientes en trifulcas. La Junta, por su parte, gracias a la concupiscencia entre Moncloa y San Telmo, ha logrado tesorería para los vencimientos de deuda más urgentes, amén de lo que pueda obtener del Fondo de Liquidez Autonómico al que oficialmente se acogerá esta misma semana. Entre unos conceptos y otros, casi seis mil millones de euros. Ahora bien, este tipo de flirteos (o «flarteos», por aquello del FLA) puede no estar exento de algún ataque de celo colateral. Así, qué sienta por dentro el popular Zoido supone una incógnita pues, por un lado le viene bien una imagen amable y amiga del Gobierno central del PP hacia Andalucía, pero no es menos cierto que Griñán, por ahora, gana tiempo y dinero. Tal vez el papel más claro de despechado se intuye en el vicepresidente Diego Valderas, obligado siempre a tensar la cuerda de la confrontación, y que ha tenido que recurrir al mismísimo fantasma de Franco para desviar los hilos de esa auténtica línea caliente en el que dicen se ha convertido el teléfono que une a los presidentes andaluz y de la Nación. Claro que la decisión de congelar cualquier subvención autonómica a los ayuntamientos que no cumplan a rajatabla la ley de memoria histórica (Valderas dixit) ha sido calificada por el consejero De Llera «una monstruosidad», lo cual, pese a la rectificación posterior, no augura mañana un consejo de gobierno precisamente en calma. Todo apunta a un exceso verbal, otro más, del titular de Justicia y quizás sea lo más probable. Pero, ¿y si Griñán hubiera ya decidido coger el dinero y ponerse a correr hacia una convocatoria electoral dentro de un año para desconcertar a Izquierda Unidad y aprovecharse del desgaste que a corto plazo sufrirá el Partido Popular?