España
Los grafitis del templo de Debod cuentan su historia
En el templo de Debod, en Madrid, dejaron su huella desde los antiguos fieles de Isis y Amón hasta los viajeros occidentales del siglo XIX, que inscribieron casi doscientos grafitis, catalogados y estudiados por primera vez por un equipo que encabeza el egiptólogo Miguel Ángel Molinero.
Entre las inscripciones plasmadas en Debod en sus más de 2.200 años de historia figuran caravanas de dromedarios, una gacela, una barca, cruces, dos expresiones en griego, palabras coptas, quince frases en árabe y unas treinta firmas de viajeros británicos, italianos y franceses, explica en una entrevista con Efe Molinero, profesor titular de Egiptología de la Universidad de La Laguna.
Uno de esos grafitis, un dromedario guiándose por una estrella, es la figura elegida como logotipo del proyecto "Ta-Hut"(Debod en egipcio antiguo), en el que los investigadores han trabajado durante cinco campañas y para el que desarrollaron un novedoso método de epigrafía digital con el objetivo de "no tocar"el edificio.
También se ha creado un protocolo para estudiarlos, es decir, para determinar "qué podemos esperar de un grafiti, qué datos puede proporcionar por la marca en sí, por el lugar que ocupa y por la superposición de unos sobre otros", detalla Molinero.
Trabajar sobre los grafitis "ha sido un auténtico descubrimiento porque son una fuente de información mucho más rica de lo que esperaban"los egiptólogos, ya que las inscripciones proporcionan también datos adicionales sobre "la mentalidad de quien las hizo", precisa el egiptólogo.
Todos quisieron dejar su huella
"Cada grupo cultural ha dejado grafitis diferentes: los nómadas dejaban testimonio de los dromedarios, el animal que les sirve como transporte y como arma por el desierto, los cristianos marcaban cruces, los islámicos versos del Corán y los europeos su individualidad, su nombre, apellido y la fecha en la que estuvieron en Nubia", explica.
A los investigadores les ha llamado la atención que las cruces están todas inscritas en un recorrido determinado, lo que hace pensar, según Molinero, "que tal vez el templo fue reutilizado por los cristianos, y de esto no se tenía noticias".
Debod fue construido por Adijalamani de Meroe y es casi el único testimonio que queda de este rey nubio y del control meroita en el Alto Egipto, por lo que tiene "una enorme importancia histórica".
Fue dedicado al culto de la diosa Isis de Philae y al dios Amón de Debod y la fachada original, así como otras partes del edificio, se perdieron durante un terremoto que debió de suceder en 1868.
El templo fue donado a España por el Gobierno egipcio en agradecimiento por su colaboración en el llamamiento de la Unesco para salvar los monumentos que iban a quedar inundados por la construcción de la gran presa de Asuán, en la década de los 60 del siglo XX.
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