Es tiempo de que actuemos

Una vez convocadas las elecciones y gane quién gane, la Sanidad no puede esperar. Es el momento de actuar aunando esfuerzos para hacer frente a un déficit incontrolado. Somos muchos los implicados. Los primeros, los políticos. Si queremos mantener el actual sistema de salud se hace necesario inyectar más dinero, lo que irá en detrimento de otros servicios o estructuras. Hay que establecer prioridades y la sanitaria debe ser una de ellas y los políticos tienen el deber moral de contarlo. Los médicos somos los segundos implicados como responsables directos del proceso diagnóstico y terapéutico del paciente. En estos momentos procede impulsar políticas que contribuyan a controlar el gasto sanitario y favorezcan el uso más eficiente de los recursos sanitarios. Los médicos debemos optimizar lo que el sistema sanitario pone a nuestra disposición, evitando el despilfarro. Pero esta labor debe ser realizada de forma conjunta con el resto de los profesionales sanitarios, en especial con la enfermería. No es momento de establecer rivalidades. Todo lo contrario, debemos intentar que los vectores confluyan en salvar el sistema de salud. Por otro lado, los jueces y la magistratura también deben contribuir desde la sensatez. Sentencias en las que se soslaya la «lex artis ad hoc» no contribuyen a la eficiencia y son una invitación a la medicina defensiva, tan inútil como costosa. Hay que hacer también un llamamiento y un compromiso a los sanos frecuentadores de los servicios sanitarios. Disfrutamos de una sanidad excelente pero para mantenerla es necesario optimizar los recursos y no abusar de un sistema herido y sobresaturado. El futuro de la sanidad está en juego. Los médicos estamos acostumbrados a salir y luchar sabiendo, en muchas ocasiones, que la guerra está perdida. Este no es el caso.