La Paz
El «gasolinazo» de Evo enciende a Bolivia
Las asociaciones de transportistas han declarado una huelga indefinida en respuesta a la decisión del Gobierno boliviano de incrementar el precio del combulstible hasta en un 83 por ciento. Esta subida de la gasolina se enmarca en un paquete de medidas de ajuste económico que incluye también el congelamiento de las tarifas de servicios básicos, excepto el transporte, y un aumento salarial superior a la inflación.
BUENOS AIRES- El presidente boliviano, Evo Morales ha decidido regalar un impuestazo por Navidad, lo que ha despertado las iras de sus compatriotas. Las principales ciudades de Bolivia están afectadas desde ayer por un paro del transporte público para repudiar el incremento de entre el 73 y el 83% en el precio de los combustibles aprobado por el gobierno para frenar el contrabando de esos productos a países vecinos.
«Rechazamos la medida y por eso los 175.000 afiliados nos declaramos en paro indefinido en todo el país», dijo el secretario de la Confederación de Chóferes, Franklin Durán. Los transportistas plantearon que «el Gobierno debe retroceder en esta medida», dijo Durán. Algunos taxis y autobuses operaban en las primeras horas con tarifas incrementadas, mientras camiones del Ejército trasladaban personas en los 12 kilómetros entre la vecina ciudad de El Alto y el centro de La Paz.
Tras el anuncio de retirada de los subsidios, se dispararon los precios. Mientras el gasóleo aumentó un 82%, la gasolina se incrementó entre un 57 y 73% según su calidad, en tanto que el gas para automóviles sigue congelado.
El anuncio corrió por cuenta del vicepresidente, Álvaro García Linera, ya que Evo está en Venezuela. El mandatario habló de una «nivelación» de los precios. Para ello, se basó en una situación que se había vuelto una pesada carga para el fisco: los subsidios a las combustibles –unos 380 millones de dólares anuales– fomentaban un incontrolable contrabando hacia los países limítrofes, ya que, por ejemplo, el litro costaba la mitad que en Argentina. Además, el precio estaba congelado desde hacía siete años. Ahora pasará a promediar un dólar el litro.
Por otro lado, el paro de transportistas supone un duro golpe contra la Administración de Evo Morales. En Bolivia al no haber una red ferroviaria eficiente, los camiones y autobuses son los únicos medios de transporte. Si los camioneros hacen huelga, el país se paraliza.
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