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La Razón
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Aparecía ayer en numerosos medios de comunicación una curiosa noticia: la Junta de Andalucía ha multado con 15.000 euros a la empresa de las pulseras milagro. A esas «Power Balance», poder del equilibrio, que se han vendido como rosquillas –en torno a 300.000– en los últimos meses. El motivo de la multa es la publicidad engañosa empleada. Es decir, que ni «power», ni «balance», ni elasticidad ni puntos suspensivos en vinagre.
Aplicando terminología jurídica, podríamos decir que el Gobierno andaluz ha abierto jurisprudencia en su contra. Es decir, que si multa a la empresa de Marbella por la publicidad engañosa de sus pulseras milagro, también se podrán multar otras publicidades milagrosas. Pongamos por caso las del PSOE y las de la propia Junta de Andalucía. El votante, al fin y al cabo, no es más que un educado y correcto consumidor.
Siguiendo esta pauta, habría que analizar ahora los eslóganes de la «Andalucía imparable» y de la «Andalucía de más a más» que han salido en los últimos tiempos de la factoría de la calle San Vicente, el cuartel general del PSOE andaluz. Que por otra parte –las relaciones mentales son caprichosas– a mí esta factoría de San Vicente siempre me recuerda a una fábrica de Cadbury que vi de adolescente, donde nacen entre pistones y cintas transportadoras grandes muñecos chocolateados que parecen de plomo y están huecos.
Pero vamos al «Power Balance». Teniendo en cuenta que la situación de Andalucía en este momento es crítica (y no sólo por su paro africano de casi el 30 por ciento), el eslogan de la «imparable» debería ser propuesto no para una multa de 15.000 euros, sino para cadena perpetua. Y el de la « Andalucía de más a más», por ser benévolos, lo dejaríamos en prisión permanente revisable, esa figura penal que ya se ha comprometido el PP a incorporar en su programa electoral de las generales. Si a Facua la «ridiculez» de la sanción a la empresa de las «Power Balance» le parece «una muestra del desinterés de las autoridades de salud y consumo andaluzas por la protección de los consumidores», ¿qué no pensará de las añagazas «imparable» y «de más a más», eslóganes de mujer guerrera en esta región devastada por el paro? Si Facua quiere ser útil realmente a la sociedad, que mire a la Administración, a sus eslóganes-milagro, a la oquedad de sus soldaditos de chocolate. Pero aquí, defensora Facua, con la Administración hemos «topao. ¿Power Balance o Power Junta?