Estados Unidos

La batalla pendiente de Romney por César Vidal

La Razón
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Si la mayoría de las encuestas apuntan a un despegue del candidato republicano tras el primer debate, esa realidad resulta más matizada en los denominados «swing states», es decir, aquellos cuyo voto no está decidido. Recuérdese que, a diferencia de otros sistemas electorales, en Estados Unidos los ciudadanos eligen a compromisarios y no al presidente. La suma de 270 compromisarios es la que permite llegar a la Casa Blanca. Precisamente por esa especial configuración, la campaña electoral se libra de manera desigual. Los candidatos apenas visitan aquellos estados en que la victoria es segura salvo para recoger fondos y, por el contrario, centran sus esfuerzos para captar votos en los swing states.
Entre éstos, hay tres absolutamente esenciales: Virginia, Ohio y Florida. Con un conjunto de sesenta compromisarios, estos tres estados pueden decidir estas elecciones. De hecho, Romney podría llegar a la Casa Blanca en el caso de ganar en los tres e incluso tendría algunas posibilidades de ser el nuevo presidente en caso de alzarse con la victoria en dos. De no contar con esos dos estados, perdería las elecciones por mucho respaldo que hubiera recibido en el resto de la nación.

Por su parte, a Obama le bastaría con ganar en dos –e incluso uno– para asegurarse la reelección y, de momento, en un Ohio donde evitó el cierre de la industria del automóvil sigue contando con ventaja.

El resto de «swing states» –otros sesenta compromisarios en total– tienen también importancia, aunque menor para el resultado de las elecciones. En relación con estos estados, a día de hoy Obama aventaja a Romney por un punto en Colorado y Ohio; por dos en Iowa y Wisconsin –el estado de Ryan donde el candidato a vicepresidente no parece haber ayudado mucho a Romney– por cinco en Pensilvania y por siete en Michigan. Por su parte, Romney ha conseguido tomar la delantera en Virginia por dos puntos y en Florida por cuatro. En este último caso, una encuesta reciente del «Miami Herald» otorgaba a Romney siete puntos de diferencia, un dato verdaderamente significativo porque la mayoría de los hispanos votan al Partido Demócrata incluso en este estado, con la excepción obvia de aquellos que son de origen cubano. Igualmente, el republicano aventajaría por tres puntos al demócrata en Misuri y Carolina del norte. Finalmente, en Nevada y New Hampshire, se produciría una situación de empate. Traducido a compromisarios, Obama tendría en estos momentos 237 seguros mientras que Romney no ha conseguido pasar de 181. En otras palabras, el republicano necesitaría casi un centenar frente a poco más de treinta del actual presidente. Este conjunto de circunstancias explica sobradamente por qué el 55% de los votantes americanos piensa a día de hoy que Obama tiene más posibilidades de ganar las elecciones independientemente de a quién vayan a votar. De ahí la importancia de los dos debates que restan. Y es que, a pesar del notable despegue experimentado por Romney en las últimas semanas, todo pende de un hilo si Obama logra recuperarse de la derrota experimentada hace unas semanas ante las cámaras de televisión.