Feria de Málaga
Barrio y Rehuelga destacan
- Las Ventas. Se lidiaron novillos de la ganadería de Rehuelga, de excelente presentación, 1º, 3º y 5º ovacionados en el arrastre, este último también escuchó palmas al salir por chiqueros, al igual que el 4º. Un cuarto de entrada.- Alejandro Parralo, de burdeos y oro, media estocada caída (leves palmas); cuatro pinchazos, estocada caída (pitos).- Salvador Barbarán, de grana y oro, bajonazo (silencio); dos pinchazos, media estocada (silencio).- Víctor Barrio, de sangre de toro y oro, estocada desprendida (oreja con petición de la segunda); estocada perpendicular y estocada (vuelta tras petición).
Vuelta a la normalidad en Las Ventas. Novillada de domingo, y por tanto, cemento, con procedencia Santa Coloma muy del gusto de la afición, que esperaba como agua de mayo, un hierro de este encaste. En esta ocasión, Rehuelga, que regresó a Madrid tras dos encierros notables en 2005 y 2006. No decepcionó y volvió a sortear una novillada excelente que, además, tuvo la ocasión de caer en manos de un Víctor Barrio que dejó un muy grato sabor de boca. El segoviano, que se dejó ver ya en el segundo por gaoneras, sorprendió con el capote. Muy variado, recibió en la boca de riego al tercero por tafalleras. Tras brindar al cielo, hincó las dos rodillas en tierra y toreó en redondo desde los medios. El novillo, pronto y con fijeza, pedía distancia y el joven de 23 años citó de largo. Dejó ver al novillo y la faena tomó vuelo, sobre todo, en dos series excepcionales por la izquierda muy templadas. Corrió la mano con gusto y ligazón. Novillero con empaque y a tener en cuenta para próximas citas. Una serie final de remates por bajo y pases del desprecio muy jaleada terminaron de convencer al tendido que le premió con una oreja a ley, incluso con petición de segunda. En el sexto, se volvió a mostrar como el más cuajado de los tres. El quicio de la puerta grande estaba entreabierto y el de Grajera no escatimó. Comenzó el trasteo con un cambiado por la espalda y buscó las vueltas al novillo, más áspero que su primero. Dos tandas por al natural elevaron el tono de la faena. Logró arañar pases sueltos de calidad a una res que se apagó muy pronto. Se volcó con la espada, que cayó perpendicular, tuvo que cobrar un nuevo volapié para derribarlo. Vuelta al ruedo tras fuerte petición y bronca para el palco, que se mostró firme y consecuente.Alejandro Parralo abrió plaza sorteando un ejemplar que parecía sacado de otro tiempo. Preciosa estampa. Utrero cárdeno claro bragado y lucero muy astifino. Con la muleta, comenzó entonado en redondo, pero la casta del burel le obligó a perder demasiados pasos embarullando en demasía las series, un tanto aceleradas. Mató de media estocada caída antes de ver silenciada su labor. El cuarto fue ovacionado de salida por su impecable presentación. Alto de agujas, serio... un tío. Fue el más justo de fuerzas, lo que le limitó en la franela de Parralo, que tampoco terminó de confiarse con su adversario. Pegó un sainete con la espada entre la impaciencia del público que le despidió con pitos. Salvador Barberán no pudo lucir en el segundo, que se tragaba los pases, pero no tenía apenas transmisión y en Madrid sin emoción todo queda deslucido. Ante el quinto, que derribó dos veces en el peto de «Chocolate», el de Algeciras pagó dejarse muy crudo al novillo que desarrolló genio en el último tercio y buscó los tobillos, por lo que abrevió y no tardó en coger la tizona.
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