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Manzano víctima por Julián García Candau

La Razón
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El Atlético de Madrid lleva decenios consumiendo entrenadores en los mercados europeos y suramericanos como si ello fuera un síndrome. Ha batido récords en contrataciones, algunas de las cuales fueron descabelladas. El Atlético actual está dirigido por la herencia y ello explica que se haya humillado al entrenador, Gregorio Manzano, un caballero, educado y buen técnico, como ha acreditado durante años.

El equipo nunca lo hacen los entrenadores. Siempre ha sido negocio de los dirigentes y ya se sabe hasta que punto hubo compraventas singulares. Muchos de los contratos han sido negocios deportivos fallidos, aunque han proporcionado comisiones a quienes han manejado los dineros. El entrenador es siempre víctima y cuando toma decisiones se le discute hasta la saciedad.

Manzano no es responsable absoluto de lo que le ocurre al equipo. En el club se trabaja contra dirección y de ahí los accidentes. Toda España y media América sabían hace días que el entrenador estaba emplazado y que el principal candidato, Diego Simeone, se despedía del Racing de Avellaneda, «La Academia», para regresar al Vicente Calderón. Ojalá no sea otra ilusión perdida.

Era lógico que Manzano, en conferencia de prensa, se quejara amargamente de lo que estaban haciendo con él. Tal vez el listo de la casa pretendía que dimitiera para ahorrarse la indemnización. También desearía irse Enrique Cerezo, pero no puede hacerlo porque ha depositado dineros y avales y fuera del club correría más peligro todavía de no cobrar.
Posdata. No hay caballos blancos. El jeque Al Thani tampoco paga contratos en mano. Al Villarreal le debe dos millones y el IVA.