Banco Santander
El nuevo dios
No saben lo que es. Pero se creen que sí; y nos hacen creer que sigue habiendo en lo alto cerebros que saben Sus movimientos: es la fe del Régimen, y hay que sostenerla. Crisis, bancarrotas, alarmas con que os llenan los oídos y los ojos son, por un lado, escándalo publicitario, que sirve para producir noticias y teneros con el alma en vilo, no vaya a daros por pensar en algo peligroso: les fallan las cuentas al Capital y a sus sirvientes, y temen de veras una catástrofe del sistema que regía el Primer Mundo y, a rastras de él, el mundo entero.Y ante eso, ¿qué hacen los ecónomos iluminados y políticos, cuya sola misión es administrar a sus súbditos futuro, crédito, esto es, dinero? Pues ya ven: llegan a acudir a los remedios propios del viejo Régimen, apretarse el cinturón, recortar gastos y otras tontainas risibles para corazones que saben el maremágnum de números de 20 o 30 ceros que rige nuestro mundo. Y, además, no se dan cuenta de que esas tristes medidas traicionan al propio Capital, en el cual era ley que todo despilfarro es bueno porque mueve dinero, y eso es lo que le da la vida, vamos, la vida propia del Dinero, que es la que Él quiere que sea también la nuestra. Pues eso es lo que pasa, amigos: se nos ha metido bajo un Régimen de Dios que es el Dinero. Y, si a Dios le da por cansarse de ser omnipotente, pues...Pero ellos, los ejecutivos de Su Poder, se ríen de que se hable así del Dinero, el Estado, el Capital, como de unos gigantones que se mueven por sí solos y hacen de las suyas por sus propias leyes: no creen en fantasmas, no: tienen un empeño loco en que se siga creyendo que son cerebros de tipos como ellos los que rigen el Dinero. Es ese error justamente lo que los trae a sorpresas como éstas y amenazas de derrumbe de su Fe y sus ilusiones.
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