Las últimas colonias

Gran Bretaña sigue siendo el único país occidental que no ha cumplido con la política de descolonización de la ONU que se inició en los años sesenta y mantiene el dominio de tres colonias: Irlanda del Norte, las islas Malvinas en Argentina y Gibraltar en España.
Por eso no deja de ser extraño el viaje oficial iniciado ayer a Irlanda, que formó parte de la Corona británica hasta que se independizó en 1922, aunque uno de sus condados, el del Ulster (Irlanda del Norte) se negó a integrarse en la nueva República irlandesa. Es la primera vez que un monarca inglés visita el país vecino tras la independencia y seguir manteniendo la soberanía de una parte de su territorio que depende del Parlamento de Westminster y tiene un ministro de estado en Londres.
Por ejemplo, ningún rey o reina inglés ha visitado España o Argentina desde tiempo inmemorial precisamente por seguir manteniendo el dominio de dos colonias, Gibraltar o Las Malvinas, cuyo proceso de descolonización está abierto todavía en la Asamblea General de la ONU. En el caso de España y de Argentina ninguno perteneció nunca a la corona inglesa, mientras que Irlanda del Norte sí. El Imperio Británico, como el español o el francés o el portugués, se extendió en siglos pasados por los cinco continentes, pero las dos guerras mundiales y el creación de la ONU, que afloró el nacimiento de nuevas naciones, a partir de 1945, acabó con el poder de esos imperios. Y no tienen colonias. Sin embargo, Londres ha sido renuente a perder sus posesiones y, aunque ya no tiene países enteros bajo su bandera, sí se niega a descolonizar algunos dominios. Desde Canadá a Australia, desde India a Pakistán o desde Afganistán a Egipto, los británicos ya no tienen el dominio territorial.
Todos los gobiernos de Su Majestad, sin excepción, han defendido, incluso con la fuerza, la integridad de sus colonias. En Irlanda del Norte han luchado contra el IRA para mantener su dominio con el Ejército inglés desplegado hasta hace poco se han alcanzado acuerdos con Irlanda durante el Gobierno de Tony Blair. Y todo el mundo recuerda, especialmente Argentina, la Guerra de Las Malvinas, lanzada por Margaret Thatcher, en los ochenta.