Historia

Barcelona

Los Propagandistas quieren recuperar el «estilo de San Pablo»

La Asociación Católicade Propagandistas (ACdP) votará a su nuevo presidente el 5 de febrero... otra vez.

Alfredo Dagnino ha presidido la ACdP durante cuatro años. Carlos Romero representa una alternativa menos personalista
Alfredo Dagnino ha presidido la ACdP durante cuatro años. Carlos Romero representa una alternativa menos personalistalarazon

MADRID-El apóstol San Pablo, patrón de las obras de la Asociación Católica de Propagandistas, tenía un estilo de liderazgo con el que extendió el Cristianismo por el mundo: formaba nuevos líderes y les pedía que ellos a su vez formasen más responsables (como se ve en 2 Timoteo 2,2: «lo que te he enseñado, transmítelo a otros capaces de enseñarlo»); por otro lado, animaba a buscar los talentos de cada uno y pedía que se empleasen: «unos, apóstoles; otros, profetas; otros, evangelistas; otros, pastores y maestros», enseña en Efesios 4,11. ¿Podría usar ese modelo de liderazgo la asociación fundada hace un siglo por Ángel Herrera Oria y el Padre Ayala?

Para más de la mitad de socios de la ACdP, el actual presidente, Alfredo Dagnino, es, dicen, «como un hombre-orquesta, acude a todo, habla de todo, hace de todo, no delega en los que, a menudo, saben más que él. Incluso va a parroquias a dar charlas sobre teología paulina, como si no hubiese gente en la ACdP más capacitada». Por parafreasear a San Pablo, pretende ser a la vez apóstol, profeta, evangelista, pastor y maestro... todo junto.

En una asociación organizada en torno a centros locales, se le achaca además un intervencionismo exagerado. «Recibió una terna de candidatos para dirigir el centro de Barcelona, y él eligió a un cuarto personaje, a dedo», explican unos socios a LA RAZÓN. «El resultado es que casi todos los socios de Barcelona votaron contra sus candidatos en la Asamblea de 2009, que perdió, y, como no se dio por enterado, también le votaron en contra en las elecciones presidenciales». Algo similar pasó en Valencia, y en centros pequeños o incipientes de ciudades castellanas: en todas partes quiere asegurarse, dicen, de «colocar» sus hombres, a veces exportados de Madrid a otras ciudades, enfadando a los locales. Se habla de una «camarilla», de socios llegados hace pocos años que Dagnino premia mientras desatendiende a los veteranos. También se le acusa de centrarse solo en las obras, y no en la asociación.


Empate a 125 votos
Cuando se votó en las elecciones del 7 de diciembre el resultado fue único: empate a 125. El candidato de la alternativa, Carlos Romero, aglutinó el deseo de renovación a pesar de tener toda la maquinaria oficial de la ACdP y sus obras (los centros educativos CEU) en contra. Cada candidato ofreció al otro la vicepresidencia, como gesto de unidad, y cada uno lo rechazó. La incógnita se resolverá en otra votación el 5 de febrero.


Ninguna candidatura es «progre»
- En la ACdP casi todo el mundo se define como conservador, exceptuando unos pocos socios que se declararían, quizá, «democristianos». Todos son pro vida, pro familia, fieles al Magisterio y al Papa. «Algunos difunden el bulo de que Romero es "progre", cuando es un hombre de misa diaria, que no falta a ninguna oración del centro de Madrid y es fiel a la doctrina católica», protestan sus votantes.