«Necesito los explosivos urgentemente»

PALMA/MADRID-Juan Manuel Morales Sierra, el joven mallorquín al que la Policía detuvo a las 10:30 del miércoles antes de que consiguiera cumplir su objetivo de llenar de bombas la Universidad de Baleares y hacerla saltar por los aires, llevaba al menos cinco meses preparando su macabro plan. Los agentes, que intervinieron su teléfono con autorización judicial, pudieron comprobar que estaba dispuesto a cumplir su objetivo de manera inminente. En una de las conversaciones telefónicas del joven con un proveedor de los 140 kilos de explosivos que le fueron intervenidos, el mallorquín se enfrentó al vendedor por el retraso en la recepción del pedido que había realizado por internet. En tono airado demandó con ansiedad los explosivos: «¡Necesito urgentemente los materiales!», le exigió con insistencia.

Lo que podía haber acabado en una masacre la Policía lo evitó al proceder a la detención de este joven admirador de los autores de la matanza del instituto Columbine, en EE UU, que acabó el 20 de abril de 1999 con el asesinato de 15 personas y 24 alumnos heridos.

Los agentes arrestaron a Juan Manuel Morales justo en el momento en el que recibía 125 kilos de nitrato amónico, un compuesto con características similares a los explosivos amonal y amosal, además de cantidades algo menores de nitrato potásico, ácido sulfúrico, ácido nítrico y sulfuro sódico. El detenido también había adquirido varias ganzúas para manipular los tubos en los que pretendía montar las bombas. Estas herramientas también eran útiles, además, para forzar cerraduras y robar armas en establecimientos a los que había acudido y no le habían facilitado las armas que había intentado comprar, tanto en el mercado legal como el ilegal. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, calificó de «brillantísima» una operación policial que «ha salvado muchas vidas».

Los agentes se hicieron pasar por pintores aprovechando que el día anterior a la detención se había instalado un andamio para pintar la fachada del piso de Sa Gerreria en el que se había instalado desde hacía un mes tras independizarse de sus padres. De hecho, el ahora detenido vivía de las ganancias que obtenía de sus apuestas en los juegos de azar, entre ellos el póquer on-line, al que era especialmente aficionado.

Los vecinos no sospecharon de que se estaba procediendo a la detención de este joven de conducta «antisocial», ya que salieron de la vivienda ataviados con monos de pintor y con varias cajas de cartón que, en realidad, contenían el material explosivo. Además, en el piso hallaron 7.000 euros obtenidos en los juegos de azar.

Los agentes de la «operación columbainero» también pasaron desapercibidos a los vecinos durante los cinco meses que ha durado la investigación. Solamente un vecino suspicaz sospechó de un coche apostado cerca de una calle donde vivía el detenido. También un camarero de un bar cercano al domicilio estaba al corriente de que la Policía seguía los pasos a algún sospechoso después de que cada mañana y cada tarde tres hombres y una mujer se sentaran en su terraza en la plaza Quartera, en pleno casco histórico de Palma. La zona hace años fue barrio chino y ahora es frecuentada por universitarios después de la rehabilitación que ha sufrido y los numerosos bares de moda que se han abierto. El joven detenido había estudiado un módulo de Electrónica y otro de Administración y dirección de Empresa en el Instituto Politécnico de Palma. El instituto ayer evitó hacer declaraciones sobre la trayectoria académica del joven detenido, pero ayer trascendió que había remitido una carta en tono intimidatorio al centro educativo.

Diario de un perturbado
La intención última de Juan Manuel era la de suicidarse después de ver cumplido su objetivo. El mismo final que sus idolatrados Eric y Dylan, los jóvenes autores de la matanza en la escuela de Secundaria de Columbine. Así lo había expuesto en un blog en el que, a modo de diario, explicaba su odio a la sociedad al y la gran admiración que sentía por los autores del asesinato masivo estadounidense. La rectora de la Universidad de Baleares (UIB), en la que estudian 20.000 alumnos, confirmó que Morales no estaba matriculado en ningún grado y lanzó un mensaje de tranquilidad tras conocer el dramático caso.

Presumía de saber fabricar explosivos
En los escritos que le fueron intervenidos a Juan Manuel, el joven presumía de saber confeccionar artefactos explosivos. De hecho, también encontraron en su vivienda diversos manuales para fabricar bombas. Es más, el plan criminal que había diseñado el joven, que pasará hoy a disposición judicial, incluía el montaje de múltiples artefactos de tubo repletos de metralla que tenía previsto diseminar por el campus de la Universidad de Baleares. La investigación continúa abierta, mientras muchos de los detalles que la rodean, como la página web donde adquirió las sustancias, están bajo secreto de sumario.