Paraguay

Pedrito el valiente

La Razón
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Vicente del Bosque tenía guardada una sorpresa para el partido contra Alemania. Su nombre es Pedro, Pedrito. Fernando Torres tuvo que esperar en el banquillo y el debutante en este Mundial se vio de repente como titular en una semifinal, la primera de España en su historia. No hubo problema. El jugador canario está acostumbrado a este tipo de saltos. Pasó de Tercera a jugar en el Barça en unos meses y de jugar en el Barça a hacerlo como titular, en menos todavía. Y todo con mucha naturalidad. Tanta que se convirtió en el primer futbolista en la historia capaz de marcar en seis competiciones diferentes la misma temporada.Alemania temía a Torres, pero no contaba con Pedro. El «chico de Guardiola», su principal defensor, fue el mejor de España durante muchos momentos de partido. Se mordía las uñas antes de empezar. Dedo meñique, mano derecha, casi hasta el muñón. Pura tensión que soltó en cuanto el árbitro pitó el comienzo. Pedrito es una persona con ángel. Ése «tiene algo» que nadie sabe definir. Se colocó el primero de la fila durante el himno, al lado de Puyol. También iba a ser la noche del capitán del Barça. Había marcado dos goles con España en 88 partidos. El tercero estaba guardado para el partido 89, el más importante que ha jugado con la selección. Pedro aportó al equipo la movilidad que le faltaba. Su labor como revulsivo en los cuartos ante Paraguay, donde estuvo genial, se transformó ayer en la de uno de los papeles protagonistas.El comienzo de cada parte fue suyo. Empezó en la izquierda, aunque no tardó en cambiarse de banda con Iniesta. En realidad, Pedrito estaba en todos lados. Quizá por eso algunos le llaman San Pedro. Se movió entre líneas y descolocó a la defensa germana. Recibía cómodo y le daba tiempo a darse la vuelta. No volvía la cara, también se atrevía en el uno contra uno. La primera gran ocasión de España llegó gracias a un pase en profundidad del «18». El canario encontró el pasillo como si fuera Xavi o Iniesta. Y es que ayer fue muchos jugadores en uno. Xavi en ese pase; Navas, cuando entraba por banda o el delantero más incordiante en la presión. Porque eso precisamente es lo mejor que tiene: el esfuerzo. Puso la pasión que quizá le falte a un grupo sobrado de calidad. El único lunar fue que por un momento también se convirtió en Cardeñosa. Al final, con Alemania volcada, tuvo una ocasión inmejorable. Torres estaba a su derecha, pero buscó la jugada individual, el regate, y perdió la pelota. «El Niño» no dudo en echarle la bronca. Él estuvo a punto de ponerse a llorar. Del Bosque le cambió y se marchó con cara de frustración. Quizá pensaba en ese gol que falló. Todavía quedaban diez minutos, mucho sufrimiento, pero el error quedó en anécdota porque el 1-0 se mantuvo hasta el final.Tan importante fue Pedro en el juego que Löw, el entrenador alemán, hizo el primer movimiento pensando en él: quitó a Boateng, que estaba sufriendo mucho con las entradas del canario, y sacó a Jansen, un jugador más rápido. Quizá esa sustitución refleje el cambio que han sufrido ambas selecciones: Alemania, la poderosa, la siete veces finalista y tres campeona, salió acomplejada contra España. Contra Pedro.