Irán
«No hay bloqueo a Gaza si se trata de salvar una vida humana»
Cuando Hamas tomó Gaza, un joven panadero de la ciudad fue obligado por la autoridad a ceder su negocio a un activista del grupo terrorista. El panadero, en su treintena y padre de cuatro hijos, se negó, aunque sabía que su decisión traería consecuencias. Y las trajo. Tiempo después abrieron una panadería enfrente y le volvieron a insitir en que cerrara la suya. Como volvió a decir que no, los terroristas le dieron su castigo y arrollaron a su esposa con un camión, pasándole hasta tres veces por encima. «Nos la trajeron en coche desde la frontera», recuerda el médico Pablo Baksenbojm, cirujano y anestesista del fronterizo hospital de la ciudad israelí de Ashkelon –apenas a 20 kilómetros de la frontera de Gaza–. «Tenía una hemicorporectomía. Su cuerpo, a la altura de la cadera, sólo estaba unido por la piel. Sobrevivió un mes, pero falleció. Tenía 28 años y cuatro hijos». El caso de esta mujer palestina no es único. En la localidad de Ashkelon, el hospital público Barzilai, un pequeño centro de periferia con 600 camas y una población que cubrir de medio millón de habitantes, están muy acostumbrados a tratar a enfermos de Gaza. «Normalmente son un 3% de los enfermos que asistimos, pero en ocasiones llegan a ser el 50%», cuenta Baksenbojm, de origen uruguayo y que lleva once años ejerciendo en Ashkelon. Ésta es parte de la ayuda humanitaria que Israel dispensa a Gaza, pese a que la ciudad entera de Ashkelon y el hospital mismo son el objetido repetido de los cohetes de los islamistas palestinos.Cuando en el pequeño hospital de Shifa, en Gaza, (6 camas) ya no tienen esperanza para sus pacientes, si el Gobierno de Hamas lo autoriza, llevan a los enfermos hasta la frontera. Desde allí, el Ejército israelí los lleva hasta este hospital cercano. «No hay bloqueo cuando se trata de salvar una vida». Los casos que atienden son de todo tipo. «En situación normal son enfermedades que con su medicina no se arregla. La semana pasada tuvimos a un niño con una infección severa que se complicó», explica el doctor uruguayo. Pero, ¿hay malnutrición?: «No, en los niños se ven enfermedades de niños, que se agravan por el bajo nivel cultural y por la confianza en tratamientos de medicina tradicional, que complican los problemas». Con el alta, vuelta a casaY en la población adulta, lo que llega a la ciudad fronteriza desde Gaza son embarazos difíciles, implantes de cadera, problemas respiratorios por obesidad y muchas mujeres jóvenes desfiguradas por crímenes de honor… Todo se intenta solucionar por los médicos del hospital israelí de Barzilai y cuando el enfermo recibe el alta se le devuelve a al paso fronterizo.A raíz del asalto esta semana del buque turco «Mavi Mármara» que pretendía hacer llegar ayuda humanitaria a Gaza, el bloqueo israelí desde hace tres años a una población de algo más de millón y medio de palestinos se ha puesto en el punto de mira y de crítica internacional. La justificación del Gobierno de Benjamin Netanyahu para mantener esta zona de exclusión es evitar el rearme de la franja, que lanza continuamente cohetes a su país vecino. En los últimos cuatro meses ha lanzado al menos 150, lo que hace una media de más de uno al día. Sin ir más lejos, el pasado jueves se lanzaron cuatro que cayeron en Ashkelon y la también fronteriza localidad de Sderot sin causar heridos. Netanyahu tiene razones para creer que la apertura de Gaza sería utilizada por Irán para la entrada de misiles que amenazarían no sólo a Israel, sino a toda Europa, según expresó el pasado miércoles en un mensaje televisado dirigido a la nación.Pese a la amenaza continua de los cohetes con la que se vive en Ashkelon, la ayuda médica nunca se niega a los enfermos que llegan de Gaza y eso que es difícil acostumbrase a que una alarma inesperada detenga la vida.«Cuando suena la alerta ( "tzeva hadom", en hebreo) que indica que se aproxima un cohete, tenemos entre 1 y 3 minutos para resguardarnos en las zonas protegidas ("mirjay mugan") con hormigón armado. Cuando se oye la explosión, se vuelve a la actividad», explica a este periódico Baksenbojm, que se pregunta en voz alta «¿en qué otro país del mundo se construyen hospitales como si fueran búnkeres?».Toda la ayuda sanitaria que los médicos israelís dispensan a la franja de Gaza se hace desde suelo hebreo porque desde que Hamas llegó al Gobierno en 2007, por seguridad a los médicos israelíes ya no se les permite ir hasta allí a evaluar a los enfermos. No obstante, la relación con los doctores de la franja palestina es «muy buena» y, de hecho, muchos están formados en los hospitales israelíes. Baksenbojm recuerda que el sistema sanitario de Gaza lo inició Israel cuando estaba a cargo de esta zona en la década de los 80. «¿Qué hicieron después con el sistema sanitario? Eso ya no lo sé», termina.
✕
Accede a tu cuenta para comentar