Bruselas
Crece la presión sobre España para que se reconozca a Kosovo
A España le cuesta cada vez más sostener su postura opuesta al reconocimiento de la independencia de Kosovo.
Nuestro país, principal representante del grupo que también forman Rumanía, Grecia, Eslovaquia y Chipre, sufrió esta semana un revés al aprobar el Parlamento Europeo una resolución en la que se pide a los Veintisiete que reconozcan la independencia del país para avanzar en la integración de la región balcánica en la familia comunitaria, una promesa hecha por Bruselas para borrar definitivamente los fantasmas de la guerra de la ex Yugoslavia.
El tiempo también juega en contra de estos países, ya que se espera para dentro de dos semanas la sentencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya sobre la validez de la proclamación de independencia hecha por Kosovo.
Así, el ministro kosovar para la integración en la UE, Besim Beqaj, espera «una opinión equilibrada en términos del reconocimiento de la soberanía kosovar, y de la apertura así de una fase para el reconocimiento de Kosovo por parte de más países».
La responsable europea del International Crisis Group, Grabiela Keseberg Dávalos, opina que España, a pesar de no reconocer la independencia, «mantiene ahora una actitud más constructiva respecto a Kosovo en la UE». La fuerza de la realidad no sólo ha producido un reblandecimiento de la postura española, sino también de Serbia. «Belgrado, y también Pristina, se han dado cuenta de que tienen que dialogar», indica.
Keseberg defiende que, sin entrar en el reconocimiento, Serbia y Kosovo se sentarán a hablar «pronto» sobre los serbios que viven en el norte de Mitrovicka o la lucha contra la corrupción.
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