Fernando Alonso
Irreconocible Valentino
Fue decimotercero, su peor clasificación desde 2007. «La moto es difícil de conducir y no sé por qué»
Valentino Rossi vivió ayer su día más duro desde que llegó a Ducati y uno de los más complicados de su carrera. Se ha pasado la vida disfrutando y ganando encima de la moto y ahora sólo sufre. No encuentra explicación para lo que le está pasando. Su Ducati es muy lenta y difícil de conducir y hasta él mismo reconoce que no sabe el porqué ni encuentra la solución. «En Montmeló perdí 7 segundos en 45 minutos de carrera; aquí si sigo así, los perderé en dos vueltas», se lamentaba el italiano después de firmar su peor clasificación desde el Gran Premio de Valencia de 2007.
El año pasado por estas fechas estaba recuperándose de una fractura de tibia y peroné, por lo que no pudo correr en Silverstone. Este curso era un «novato» en este trazado, así que sus malas sensaciones del viernes podían ser normales. Lo que no lo es tanto es lo que le sucedió ayer: terminar en la decimotercera posición de la parrilla a 3,7 segundos del implacable Stoner. «Somos muy lentos en la entrada de la curva y no consigo seguir la línea buena en las trazadas. Todas las modificaciones que hemos hecho para intentar mejorar no han funcionado. No tengo esperanzas de ser competitivo ni aunque se cumplan las previsiones de lluvia que anuncian para la carrera», continuaba «Il dottore» con su explicación. Debe de ser difícil para uno de los más grandes de la historia ver cómo la otra Ducati oficial de Hayden, y hasta la satélite del recién llegado Karel Abraham están por delante y con mejor puesta a punto. Era de esperar que tardase en poner a su gusto la peculiar moto italiana, pero si ayer no tocó fondo, estuvo cerca.
Algunos creen que el objetivo de la escudería roja es evolucionar antes que nadie la moto de 2012, cuando entrarán en escena los motores de 1.000 centímetros cúbicos, y empezar con ventaja la temporada que viene, pero algo tendrán que hacer para no ir regalando prestigio. Ayer, sólo la crisis de Toni Elías, la edad de Capirossi y la caída de Cruchlow (otra fractura de clavícula) impidieron ver a Rossi en la última posición, las antípodas de su hábitat natural.
Lorenzo se esforzó al máximo para exprimir su Yamaha y acercarse lo más posible al ritmo del jefe: Stoner, que sumó otra pole por delante de Simoncelli.
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