Toledo

El arzobispo de Toledo pide al Señor que «preserve nuestra vida de la corrupción»

El arzobispo de Toledo y Primado de España, Braulio Rodríguez, aprovechó hoy la celebración del Corpus Christi para pedir al Señor que "preserve nuestra vida de la corrupción", si bien concretó que "no se trata de la corrupción sólo moral, en la que todos podemos caer, es la corrupción de nuestro ser, pues nos morimos, y no tenemos otra prenda de resurrección que la Eucaristía". Durante la homilía de la Santa Misa en rito hispano mozárabe, celebrada en la Catedral Primada, monseñor afirmó que "ciertamente la corrupción, que es pecado, lleva a grandes dificultades para conseguir las metas de una humanidad más digna"y por ello mismo "al sentir hambre y sed sólo la saciamos bebiendo del sacrificio eucarístico, que nos limpia de los delitos de la vida presente y después en la eterna, nos mantiene felizmente unidos a los santos". El arzobispo toledano, que preside por primera vez esta celebración en la capital regional, manifestó que "esta vida renovada, sana, de nosotros cristianos tiene necesidad la Santa Iglesia, como subraya con tanto énfasis Benedicto XVI", al tiempo que indicó que "la Iglesia se renueva cuando nosotros, sus miembros vivimos según el espíritu, a la par con Cristo, ahí radica la solución de muchos problemas internos de la Iglesia", prosiguió. "Hermanos es verdaderamente bendito nuestra Señor Jesucristo que rechazando las ofrendas impuras instituyó un rito sencillo y natural, de nueva función, y enseñó a sus discípulos a vivir con pura inocencia y a ofrecer el sacrificio de alabanza a sólo Dios. Este es el gran don que hoy celebramos", dijo Rodríguez, quien destacó que este jueves "nos sentimos impulsados a colocar al Santísimo en la impresionante Custodia de Arce y recorre Toledo. Al comienzo de su homilía, el arzobispo subrayó que "el don de la Eucaristía es el más grande de los beneficios divinos porque es la persona adorable del salvador. Dios y hombre verdaderos, y el don que está en Cristo siendo uno está en todos, y porque no falta en ninguna parte, será en la medida en que cada uno quiera recibirlo. Habita en tanto en cuanto uno quiera merecerlo". "En Toledo --continuó-- no falta este don. Lo podemos merecer en la liturgía de la Iglesia de dos maneras: en el rito romano, nuestro rito, pero también a la liturgía hispano-mozárabe guardada con amor por nosotros en Toledo y en la que hoy celebramos esta Eucaristía que precede a la gran procesión esperada cada año con nuevo deseo y entusiasmo". Finalmente, añadió que "necesitamos de la Eucaristía imperiosamente. Lo dice de forma palmaria Jesús en el Evangelio: hemos de comer y beber pues mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre vive en mi y yo en él".