Pensiones mínimas

Smiley nunca se cansa de repetir: «hemos subido las pensiones mínimas». Insistió en ello hace pocos días en el debate sobre el Estado de la Nación. Parece que nadie sensible objetaría a tanta generosidad. Diestro en la propaganda, como todo buen líder socialista, pretende vender la visión progresista del cuidado de los más débiles, pero, como siempre, oculta el despojo de todos los demás. Nunca los socialistas son generosos con su propio dinero, sino con el ajeno. Tiempo atrás, Luis M. Linde desveló el truco en la revista «Actualidad Económica»: los gobernantes se han dedicado a expropiar a los pensionistas, porque desde hace años vienen reduciendo las pensiones máximas. ¿Justicia? Veamos. La Seguridad Social ha tenido siempre un componente asistencial y otro contributivo: este último ha sido gradualmente recortado. Es decir, multitud de pensionistas que habían cotizado en niveles elevados vieron cómo su derecho a cobrar una pensión alta iba siendo quebrantado. La pérdida paulatina del carácter contributivo del sistema equivale de hecho a generalizar la expropiación. Concluye Linde que lo que hemos recorrido forzados por el Gobierno es una «larga marcha, iniciada hace más de un cuarto de siglo, que nos lleva de un sistema contributivo a un sistema asistencial, es decir, de un sistema de seguros a uno de subsidios, con muy poca diferencia entre el nivel más alto y el más bajo».