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Las buenas noticias
Soy socióloga, motivo suficiente para desconfiar de las encuestas. Pero más que socióloga soy dramaturga, y eso sí que lo ejerzo, y eso sí que es un trabajo de buceador. Ver lo que no se dice. Escuchar y traducir el cuento que cada uno contamos de nuestra propia vida. Ahí, amigos, las estadísticas dejan de impresionarme. Somos lo que hacemos, no lo que contamos. Esta larga introducción viene al hilo de una buena noticia que llega del Instituto Nacional de Estadística. Reza así: «Los hombres dedican cada vez más tiempo al hogar». No digo que esto sea del todo incierto, ni mucho menos.
Ahora con la crisis muchos chicos viven solos y sin empleada, otros comparten piso y reparten labores, otros echan una manita a sus esposas. Sienten culpa. Las mujeres, y ésa es la mejor noticia, hemos conseguido en los últimos años que nuestros compañeros, aunque se sigan escaqueando como gatos, sientan ciertos problemillas de conciencia. ¡Y eso es una maravilla! En serio, así comenzaron las grandes revoluciones que triunfaron en los siglos anteriores: con un «darse cuenta».
Según esa estadística del INE, las mujeres ahora sólo trabajamos unas dos horas más que ellos al día en casita. Nada, un instante. Además, ellos, nuestros chicos, trabajan con mucho estruendo y rapidez en las labores domésticas. Es fantástico como friegan, por ejemplo. En un plis plas dejan los platos, vasos, copas impecables… Porque las sartenes, ollas, encimeras y demás zonas grasientas de la cocina no existen a sus ojos. Qué lindos son, cómo se esmeran nuestros varoncitos. Pues, hala, a ver si vamos equilibrando el tiempo y ajustándonos a la verdad en las encuestas. ¡Nos quedaría tiempo para unas risas mutuas! ¿A que os apetece?
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