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«El estrés es el mejor "quemagrasas"que existe»
El programa matutino de Antena 3, «Espejo Público», cumplió esta semana novecientas ediciones. Una barbaridad para cómo están las televisiones hoy en día. Al frente, Susanna Griso, que poco a poco ha ido haciéndose con una audiencia que, en principio, se le negaba a la cadena de San Sebastián de los Reyes. Una apuesta informativa y un compromiso con la actualidad han podido con los «realitis» y las revistas de la competencia.
QEl lunes pasado «Espejo Público» cumplió novecientos programas. ¿Esperaba llegar a tantos?
-No, porque era una empresa muy complicada, ya que las mañanas se les resistían históricamente a Antena 3. Además, queríamos hacer algo innovador, pegado a la actualidad, con un ritmo casi radiofónico, y eso no sabíamos como lo admitiría la audiencia matinal, que suele ser muy fiel a lo que ve. Por eso, ahora nos sentimos muy satisfechos, porque podemos decir que conseguimos superar el reto.
-¿El programa ha cambiado mucho desde entonces?
-Hemos ganado en agilidad. Yo venía de hacer un informativo, en el que todo está muy cerrado desde el principio, y me agobiaba mucho subirme al trapecio sin red, no controlar si el invitado o la conexión estarán preparados para el momento oportuno; pero eso se superó, fuimos todos acoplándonos y hemos ganado en improvisación y naturalidad. Lo que antes nos parecía un mundo ahora nos parece normal.
-¿Le costó mucho abandonar la protección de la mesa y ponerse de pie delante de la cámara?
-Al principio me sentía muy incómoda, no tanto por dejar la mesa, algo que me quitaron mis compañeros desde el primer día, sino por el formato en sí. Sin embargo, ahora, no sólo es que no haya mesas, sino que hemos quitado hasta los sillones. O estoy de pie o sentada en un taburete.
-¿Ser el progama más informativo de las mañanas implica sacrificar parte de la audiencia?
-Implica que cuando son festivos o vacaciones nos resentimos más que el resto. Somos más sensibles en cuanto a cambios de público, pero hay que ser honestos y coherentes con lo que somos y con lo que la gente espera de nosotros, así que no vamos a cambiar por eso.
-¿A qué hora se levanta?
-A las cinco de la mañana.
-¿Qué desayuna para enfrentarse a tantas horas de trabajo?
-Yo hago mio el refrán ese que dice: «desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo». Así que desayuno muy fuerte: yogourt con cereales, además busco los más calóricos, los que más aporten, luego me tomo un zumo de naranja y tres pulgas de jamón y queso. Además, voy toda la mañana con mi termo para arriba y para abajo. Incluso en las pautas publicitarias siempre pico algo, chocolate o lo que sea. La verdad es que desayuno muy fuerte.
-Tendrá que hacer deporte para mantenerse
-Sí, hago deporte porque me sienta muy bien para olvidar el ritmo frenético que llevo por la mañana. Pero lo que de verdad me hace quemar energías es el estrés de tantas horas en directo. El estrés es el mejor «quemagrasas» que existe.
-¿Cree que el amor puede resultar pernicioso para la salud?
-Pernicioso y beneficioso a la vez. Todos conocemos a alguien que empieza a rejuvenecer, a quitarse canas, kilos, arrugas y años sólo por la ilusión de estar enamorado. Y también ocurre al revés, gente que se estropea por un desengaño. Las emociones, en general, son el motor de todo, de lo bueno y lo malo.
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