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Juan Eslava Galán: «Los nacionalismos están trasnochados»
Su nueva obra recorre la Historia desde el Big Bang hasta la actualidad
No existe una Historia. Existen muchas Historias, porque cada época tiene una propia, diferente, en ocasiones, opuesta a todas las anteriores, pero que en el momento, siempre parece la veraz, la definitiva. La Historia, como el periodismo, no es objetiva. Es una ciencia sujeta a las interpretaciones, que es la mirada ideologizada que el hombre arroja sobre el pasado. Juan Eslava Galán ha abordado una «Historia del mundo contada para escépticos» (Planeta), quizá porque sólo desde la distancia y el humor, que son unas cosas muy británicas, uno puede asomarse a esos acantilados sin dejarse impregnar por partidismos, rencores y otras contaminaciones.
-La Historia se falsifica.
-Sí, desde el momento que se produce. Sólo hay que observar cómo dos diarios juzgan un mismo hecho. El documento se falsifica y los historiadores se basan en documentos, además de que ellos tienen su tendencia. Es una ciencia a veces sometida a modas y turbios manejos.
-¿Arrastramos un déficit cultural en nuestro país?
-Sin duda de Historia y, también, de educación. Nunca nos han educado bien, y menos con la Historia. Por ejemplo, en la época de Franco, se recalcaron los Reyes Católicos, luego hubo que despreciarlos y valorar los regionalismos, y en cada comunidad se hace una historia desde diferentes puntos de vista.
-¿Qué le parecen los planes de estudio?
-La Logse fue una barbaridad. El plan de estudios español es una barbaridad. Ya no es el problema del profesorado, que está maltratado, sino que los padres han hecho dejación de la educación de sus hijos. Creen que la educación de casa se debe dar en la escuela. Pero el hijo debe ir educado ya del hogar hacia los profesores que le van a infundir conocimientos para la vida.
-La nueva reforma, ¿qué le parece?
-Tiene aspectos positivos, sobre todo que haya criba. Lo que no puede ser es que un alumno cargado de suspensos pase de curso porque rebaja su nivel. Debe haber una especie de reválida, porque si no salen de la universidad analfabetos. Pero debajo, también puede estar la idea de ayudar a la Iglesia en su anhelo de controlar la educación de primaria y secundaria, que es donde inculca su doctrina.
-¿Cuál es la responsabilidad de los políticos en la educación?
-Han fallado por completo. Ellos mismos no son cultos. En una época en que sí. Pero ahora, ninguno. De los cinco presidentes de Gobierno, sólo uno, Calvo Sotelo, lo fue. Y las personas que no son cultas no tienen amor a la cultura y no se dan cuenta de ciertas lagunas.
-Antes, los hilos de la Historia los movían reyes, Papas... ¿Hoy?
-El poder financiero, y no sabemos a dónde acudir para procesar lo que está pasando. Antes podías poner cara, pero ahora se esconden detrás de unas siglas. Esto avanza y no veo solución para ellos. Soy pesimista.
-¿Qué va a ser de los Estados nación?
-Por una parte, se están disolviendo en comunidades más amplias desde la II Guerra Mundial. Por otra, están las regiones históricas que desde el romanticismo quieren ser independientes y que en España fue un sentimiento que se exacerbó con la pérdida de las colonias. No veo solución. Con el tiempo, habrá una clase de federación asimétrica. Las regiones que quieran ese grado de independencia lo tendrán, el resto volverá al marco tradicional.
-¿Qué opina de los nacionalismos?
-Estamos sacando de quicio ese tema, pero tal como iban las cosas desde hace un siglo, más tarde o temprano, serán independientes las regiones que se empeñen en serlo porque habrá una demanda popular. Me gustaría, al menos, que esas regiones estuvieran federadas con España para que nuestro país vuelva a ser el de siempre y no este reino de taifas. El café para todos fue mortal.
-¿Pero qué opina de los nacionalismos?
-Están trasnochados, sobre todo en este mundo, pero en democracia hay que seguir los votos de la mayoría.
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