Elecciones autonómicas

Indecisión

La Razón
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La campaña ha cogido vuelo y si nos fiamos de las encuestas, casi toda la pescadilla está vendida. El PP tiene mucho a su favor y aunque el PSOE confía en el voto oculto, basta con salir a la calle para darse cuenta de que el socialismo ha vivido épocas mejores. Dicen que las campañas sirven para convencer a los convencidos y, si acaso, para captar a algún ciudadano que duda de sus planes. Supongo que se refieren a los que todavía no tienen decidido si acercarse a las urnas o marcharse a practicar la pesca con mosca, porque los otros «indecisos», los que aún dudan a quién dar su apoyo, deben ser tres y el del tambor. Aquí se vota con las tripas y con el bolsillo y, ahora, ni lo uno ni lo otro le es favorable al PSOE por mucho que insista en el mantra de la derecha y la promesa de que nos va a suministrar pescadilla de pincho cuando lo que nos lleva vendiendo hace años es boquerón de la semana pasada. Pero es cierto que las encuestas no son infalibles, y con esa esperanza el PSOE intenta hacerse con el 15% de los votantes potenciales que «no saben/no contestan», aunque eso lo único que quiere decir es que el propio de turno seguramente no tiene ninguna intención de revelar lo que va a hacer, no que no tenga clarísimo que vaya a hacerlo. El PSOE confía en los indecisos, pero los poquitos que quedan lo único que parecen tener en su mano es la magnitud del batacazo socialista.