Ramón Tamames: «El partido socialista espera un milagro»

–«¿Cuándo y cómo acabará la crisis?» Responda, por favor.
–Cuando Dios quiera. Y lo digo porque el PSOE espera un milagro.

–¿El de los panes y los peces?
–No, el de la recuperación económica internacional, que no se acaba de producir.

–Hay quien mantiene que quizá la crisis no acabe nunca...
–No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista, ni medicina que lo cure, ni zoquete que lo asista.

–Dicen que las cosas tienen que cambiar. ¿Asistimos al fin de...?
–No estamos en una época revolucionaria. El capitalismo es un gato con siete vidas: le quedan dos o tres.

–Algo habrá que hacer con los dueños del dinero...
–Los bancos tienen que estar más regulados y supervisados. Es demencial que los causantes de ruinas sean premiados con altas indemnizaciones y bonus.

–Valeriano Gómez plantea un castigo fiscal para los banqueros...
–Al que hay que castigar es a Zapatero. Dijo que la crisis no existía.

–Afirman que hay que trabajar más y ganar menos: ¿Volverá la esclavitud?
–Algunos lo pretenden. El Estado del Bienestar puede mermar, pero se va a mantener.

–Recoge en su libro frases históricas de Zapatero. En abril de 2008 dijo: «La actitud de los que exageran sobre el alcance de la actual situación económica es antipatriótica...».
–¿Y quién le ha dado a Zapatero el privilegio de dar patentes de patriotismo? En febrero de 2009 me dijo a mí: «Los economistas no os enteráis de nada...».

–¿Sentaría a Zapatero en el banquillo de los acusados como han hecho en Islandia con su presidente?
–Por lo menos habría que plantearlo. Y habría que leerle todas sus frases.

–La nueva directora del FMI se ha puesto un sueldo de casi 400.000 euros.
–Vivimos una escalada de «caradurismo».

–Se habla de si nos convendría salir del euro...
–Es impensable. Podríamos salir de la UE, pero en horas, medio billón de euros españoles se irían a fondos alemanes o franceses. Sería la ruina.

–Hay sensación de impunidad: los culpables no son condenados y se hacen más ricos...
–En buena medida es así. Y es que los altos cargos financieros se creen dioses y, por tanto, impunes en su Olimpo.

–En años de crisis, al menos el becerro de oro debería ser sólo de piedra...