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A imagen y semejanza de Dios por Enrique Miguel RODRÍGUEZ

La Razón
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Esto es lo que se puede pensar viendo la portada de «¡Hola!». La ocupa Ana Boyer Preysler. No se puede ser más guapa, más estilosa, más inteligente en la entrevista, más buena estudiante. Díganme si efectivamente como los humanos a los que dio vida, Dios no es caprichoso; por eso se ha cebado para bien en la niña Preysler. También en ventana de la portada, aparece otra agraciada con los caprichos divinos, Sara Carbonero, más guapa que las guapas y, fíjense, celebraba la tremenda edad de 28 años. El asunto que traté ayer en esta columna de la guerra de los Sánchez Vicario aparece como portada en Lecturas y Semana, las demás también le dedican muchas páginas y es que el tema tiene largo recorrido. Diez Minutos nos muestra a la Infanta Cristina con el siguiente titular: «Abandona por fin su encierro». Supongo que como un ama de casa, que es lo que es al fin y al cabo en Washington, habrá seguido haciendo las compras para mantener su hogar en funcionamiento. Acotación sobre el caso Urdangarín. En una tertulia alguien dijo que el duque no tenía que tener ningún trato de favor cuando vaya a declarar. Respuesta: cuando exigimos que la Justicia sea igual para todos, hay que pensar que un imputado anónimo entra en la sede judicial con toda tranquilidad, sin ser insultado, zarandeado y sin recibir los tomatazos del público, al que incendian algunos medios. A Iñaki la Justicia tiene que garantizarle el mismo trato que al anónimo. Otro dislate, no es ningún privilegio que el interrogatorio de un imputado sea privado, lo es siempre, lo que puede ser público es un juicio. Dos cosas, o se entera uno de los procedimientos o si es con mala idea procuren desinformar lo menos posible. Volviendo a las revistas. Me ha parecido de muy mal gusto el reportaje de Lecturas. Han tomado fotos de Terelu entrando en una tienda de pelucas. Hay que tener un mínimo de sensibilidad, pensar en lo duro que debe ser para una enferma, a la que tienen que rapar, ir a buscar una peluca. Además, teniendo en cuenta que es una profesional de los medios que ha hablado en su lugar de trabajo del mal que padece y que ha servido la información para todos.