El Cairo
Egipto abre su transición con Mubarak en el poder
Cada vez parece menos probable una caída abrupta del presidente egipcio, Hosni Mubarak, y un cambio radical de régimen, tal y como se proponía el Movimiento del 25 de enero.
Trece días después del inicio de las protestas, se ha dado el primer encuentro entre el «nuevo» Gobierno egipcio, que sigue siendo parte del régimen, y las principales fuerzas opositoras, que empiezan a ceder y sólo coinciden en la necesidad de que Mubarak abandone el poder.
El vicepresidente egipcio, Omar Suleiman, se reunió ayer con representantes del partido liberal Wafd, el pequeño izquierdista Tagammu, la formación del líder pro democracia Mohamed El Baradei, entre otros, así como figuras destacadas de la sociedad civil y el nuevo secretario general del gobernante Partido Nacional Democrático, cuya cúpula fue renovada el sábado.
Los protagonistas del encuentro fueron los Hermanos Musulmanes, grupo ilegalizado desde los años 50 y perseguido por el régimen de Mubarak, que jamás se habían sentado a negociar con ellos. Según anunció la oficina de Suleiman, acordaron cambios constitucionales, principalmente para limitar los mandatos presidenciales y facilitar el acceso a la jefatura del Estado a múltiples candidatos. Dichas enmiendas serán estudiadas por un comité que presentará una propuesta de reforma en marzo, sumándose a los muchos comités que ya han sido creados o prometidos en la última semana.
Asimismo, otro comité será instituido para supervisar la puesta en práctica de los acuerdos alcanzados ayer, como investigar la corrupción del sistema y las irregularidades de las elecciones parlamentarias de noviembre, o perseguir a los responsables de la violencia de los pasados días.
Entre todas las promesas, propuestas y comités, parece evidente que, de momento, la transición se llevará a cabo en el marco del sistema actual, sin un nuevo presidente hasta que se celebren las próximas elecciones, previstas para septiembre, que el Gobierno no está dispuesto a adelantar.
Según la Constitución
Asimismo, el Gobierno asegura que los cambios sólo pueden ser llevados a cabo por el presidente porque así lo establece la Constitución y Suleiman ya ha advertido de que no asumirá los poderes de Mubarak. El régimen se garantiza de esta forma un periodo-colchón en el que poder lavar su imagen, poner a salvo a sus miembros y sus fortunas, y jubilar a Mubarak de forma digna, sin que sea forzado al exilio.
Por su parte, la oposición, que en un principio dijo que no empezaría a negociar hasta que dimitiera Mubarak, va cediendo poco a poco, aunque asegura que su objetivo sigue siendo el de forzar la salida del octogenario mandatario. Ésta es también la principal reivindicación de los manifestantes, que volvieron a salir ayer a la calle en varias ciudades egipcias, pera pedir el fin del régimen, incluido el propio Suleiman.
Fin de la Ley de Emergencia
En la plaza de Tahrir, la noticia de las negociaciones no era bien acogida y el grupo 6 de Abril, uno de los movimiento juveniles que se encuentra detrás de las protestas, ha rechazado las conversaciones. La oposición habría también acordado derogar la Ley de Emergencia, en vigor desde que Mubarak llegó al poder hace 29 años, con la que ha reprimido y silenciado a los disidentes, pero no se ha puesto fecha para ello.
Lo que ofrece el Gobierno
- Una comisión estudiará la reforma de la Constitución. Se pone fin al estado de emergencia.
- Se reducen los requisitos para ser candidato presidencial.
- Liberación de los presos políticos y medidas para que haya libertad de prensa.
- Se investigará la corrupción y las irregularidades de las últimas elecciones.
- El texto no incluye la dimisión de Mubarak.
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