Fusión fría ya

El presidente de los empresarios de Valladolid dio en el clavo la pasada semana cuando comentó con cierta sorna que los políticos son «casi nuestros empleados». Dijo el bueno de Manuel Soler que «ha llegado el momento de las fusiones frías en las administraciones». Cuando se habla de recortes y nos tocan el bolsillo empezamos a echar cuentas y descubrimos que hay demasiados comensales para tan poca tarta. Ayuntamientos, Diputaciones Provinciales, Congreso de los Diputados, Senado, Parlamento Europeo, concejalías, consejerías, ministerios, direcciones generales… y así podríamos llenar toda la página de este periódico dejándonos todavía algún cargo por el camino. La hipocresía se tiene que terminar. Se derrochan ingentes cantidades de dinero en organismos prescindibles. Grecia ha tenido que apretarse el cinturón eliminando consistorios porque a la hora de cuadrar las cuentas públicas es justo tener dos dedos de frente y no cargar sobre la espalda del contribuyente la mala gestión de los que están en el poder. No se trata de hacer demagogia y de culpar a nuestros gobernantes locales, regionales y nacionales de la borrasca económica que se ha formado en nuestros cielos, pero sí que deben dar ejemplo cerrando grifos. Grifos que chorrean perdidas innecesarias, como la gasolina que gastan ciertos chóferes haciendo cientos de kilómetros yendo a buscar todos los días al político de turno… En fin.