Sevilla
Ochenta sevillanos «cazados» cada día saltándose un semáforo en rojo
Aunque la cifra asusta, los datos del mes de septiembre reflejan cierto poder disuasorio de las cámaras
SEVILLa- Casi ochenta sevillanos al día (77,8, de media) son «cazados» saltándose un semáforo en rojo. Son los resultados de septiembre, segundo mes en el que están en funcionamiento las cámaras foto-rojo, instaladas en la Ronda del Tamarguillo, Carlos III y Alcalde Luis Uruñuela por el Ayuntamiento. Las estadísticas asustan, pues se trata de puntos de un elevado índice de accidentes graves, pero hay motivos para ser positivos: en las pruebas previas, efectuadas en seis escenarios de la ciudad durante treinta días, se detectó que la cifra diaria ascendía a 300 infracciones de media. Se puede colegir, por tanto, que las cámaras cumplen su función disuasoria, más que recaudatoria. Las multas se han reducido a casi a la mitad.
Aun así, el potencial índice de siniestralidad sigue siendo muy alto. Según los datos facilitados por el Gobierno municipal, en todo el mes de septiembre se emitieron 2.334 denuncias en total, 420 más que en agosto (1.914), cuando entró en funcionamiento el sistema; a priori, el periodo de menos tráfico del año por las vacaciones.
200 motivos para respetar la señal
El 12 de septiembre, miércoles, fue el día en el que se contabilizó un mayor número de sanciones, 103 en total, seguido de cerca por el viernes 21, cuando las cámaras cazaron a 100 conductores imprudentes. Estas cifras se reducen sensiblemente durante los fines de semana, siendo el sábado 8 el día que menos se registraron (52).
En concreto, la cámara instalada en la Ronda del Tamarguillo es la que ofrece una media de multas más elevada, muy por encima de Carlos III y Alcalde Luis Uruñuela, aunque estos datos se extrapolan a las estadísticas de agosto. Por lo general son lugares en los que los conductores pisan en exceso el acelerador, grandes avenidas, pero con sus pertinentes pasos de peatón en los que cualquiera corre el peligro de ser atropellado.
Las infracciones captadas se envían a la Agencia Tributaria, que inicia el procedimiento sancionador con medio de prueba voluntario. Este sistema ya funciona con éxito en otras ciudades tanto para la aplicación de foto-rojo como para vigilancia de carril de servicio público o control de accesos. Saltarse un semáforo en rojo acarrera una sanción de 200 euros, para conductor y para peatón, y la pérdida al primero de 4 puntos.
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