Una cuarta parte de los niños catalanes vive en la pobreza

BARCELONA- Dificultades a la hora de empadronar a sus hijos o retirada de la tarjeta sanitaria por falta de documentación. Estas son algunas de las trabas con las que se encuentran los inmigrantes en la administración y que influyen directamente en el nivel y calidad de vida de su familia. Así lo defiende un informe de Unicef y la Fundació Pere Tarrés que se hizo público ayer y que denuncia que una cuarte parte de los niños catalanes vive bajo el umbral de la pobreza y que la cifra aumenta hasta el 34 por ciento entre los hijos de extranjeros.
Los datos de pobreza infantil severa alcanzan el 15,6 por ciento entre los niños extranjeros, mientras que la cifra se reduce al 6 por ciento en los niños autóctonos, según explicó una de las autoras del informe, Yolanda Quiroga.
El estudio, bajo el título «Abriendo ventanas: infancia, adolescencia y familias inmigradas en situaciones de riesgo social», destaca la situación «extrema» en la que viven muchos pequeños de origen extranjero, que al no poder cumplir con sus necesidades básicas como ir cada día al colegio sin desayunar y ducharse porque no hay comida ni agua en su casa.
«Reclamamos que la infancia sea una de las prioridades de la agenda política», reclamó el presidente de Unicef Cataluña, Pablo Giménez-Salinas, que también denunció que los derechos básicos de los menores inmigrantes también están peligro debido a la crisis. Dificultades que inciden directamente en resultados educativos: los inmigrantes tienen un 30 por ciento de fracaso escolar.