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Casa solar 20: la red eléctrica inteligente desembarca en Barcelona

El «pabellón Endesa» en Barcelona marca el inicio del cambio de la red eléctrica de la Ciudad Condal. Un proyecto con el que la compañía pretende instalar un modelo inteligente de distribución, con servicios personalizados para cada cliente y ahorros de coste y CO2 

Casa solar 20: la red eléctrica inteligente desembarca en Barcelona
Casa solar 20: la red eléctrica inteligente desembarca en Barcelonalarazon

El pabellón «Solar House 2.0» ocupa desde hace unas semanas parte del Puerto Olímpico de Barcelona, concretamente el Muelle de la Marina. Sirve desde su inauguración como centro de control para el proyecto Smartgrid (red de distribución inteligente) que Endesa está desplegando en la ciudad catalana. Ha sido diseñado por el Instituto Avanzado de Arquitectura de Cataluña y promovido por Visoren (gestor de viviendas de protección oficial) como un espacio diáfano, desmontable y modular de 154 m2.
Construido en madera laminar, produce, gracias a los paneles fotovoltaicos dispuestos en su cubierta y fachada suroeste, la energía necesaria para alimentar 12 viviendas. Mientras la previsión es que genere 100 kw/h, su consumo se resuelve con 20 kw/h. En total, son 160 m2 de paneles cuya inclinación varía entre los 30 y los 70 grados según la radiación invernal o estival, respectivamente. La estructura está pensada para ser ampliada o reducida; cada volumen responde a una lógica distributiva estudiada según el comportamiento del sol en este punto concreto de la Ciudad Condal y sus módulos son completamente autosuficientes; cada uno de ellos cuenta con paneles fotovoltaicos y se «amontonan» creando espacios de sombra para evitar la radiación de sol en verano, mientras que los ventanales se han proyectado para permitirla en invierno.
Durante un año será la puerta de entrada y el centro de control de la Smartcity Barcelona, un proyecto en el que la compañía eléctrica invertirá 100 millones de euros y que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona y la participación de varias empresas tecnológicas. Una ciudad basada en una red de distribución inteligente, que permitirá ahorro en los costes y una mayor participación del cliente final en la gestión de su consumo y su factura. Estos servicios de «energía a la carta» parten de la Directiva Europea para 2020 de reducir la demanda y las emisiones de CO2 en un 20 por ciento, mientras aumenta en ese mismo porcentaje el suministro eléctrico con fuentes renovables.
En una primera fase, 50.000 vecinos de la zona comprendida entre Avda. Diagonal, plaza de las Glorias, Avda. Meridiana y Frente Marítimo contarán con los nuevos telecontadores, de los que hay previsto instalar hasta un millón para después llegar a trece millones en toda la Península. Los clientes pueden controlar gracias a estos aparatos su gasto en tiempo real, redefinir la tarifa, operar desde casa altas, bajas y modificaciones y sobre todo estudiar y mejorar sus hábitos de consumo. Las ventajas para el sistema eléctrico son la información fiable y constante de lo que ocurre en la red permitiendo la previsión de sobrecargas y el derroche de energía y de emisiones.

Smartcity
Como ya sucediera en Málaga (donde se han conseguido ahorros del 20 por ciento de consumo y se ha evitado la emisión de 6.000 toneladas de CO2 desde 2009), durante el desarrollo de la Smartcity, además de los telecontadores, aparece una figura denominada concentrador en los centros de transformación de baja tensión de la red. Estos aparatos gestionan los contadores de manera remota y automática. «El sistema se estructura en la comunicación entre el contador y concentrador, a través del propio cable de electricidad y entre éstos y el centro de Control de Telegestión, a través de GPRS. Gracias a este nuevo contador se incrementan las opciones del usuario ya que permitirá realizar un balance de energía, contabilizar la potencia consumida y, dado el caso, generada por el abonado o podrá aplicar precios y potencias diferentes a lo largo del día. En un futuro podrá tener información en su teléfono inteligente y recibir consejos», explica José Luis Marín, director general de Distribución de Endesa. En paralelo, llegará la integración de energías renovables, localizadas lo más cerca del usuario y gestionadas a través de sistemas de almacenamiento como las baterías: «Esto reduce las pérdidas al aumentar la generación en destino e incrementa la cuota de renovables», continúa Marín. También se están renovando las farolas incorporando lámparas LED (ya han sido instaladas 36 en la c/Trelawny), además de incluir medidores medioambientales de nivel de ruido, contaminación, etc.

Producción renovable
La selección del material de la casa tampoco ha sido gratuita; se trataba de hacerla con un material solar, de ahí la elección de la madera que, además de su relación con el astro durante todo su ciclo de vida, es flexible y buen aislante térmico.
Otra de las peculiaridades de este pabellón ha sido el proceso de fabricación, totalmente digitalizado, lo que supone un ahorro de costes y tiempo debido al uso de programas paramétricos; las piezas se definen por ordenador y se modifican en función de información como la inclinación del sol o la orientación en el entorno en el que va a construirse el edificio. De ahí pasa a la máquina cortadora (CNC), con las medidas exactas y sin planos. Como si de un mueble de Ikea se tratara, cada parte llega preparada para el ensamblaje. En este caso, el montaje ha durado un mes. «Lo que hay que hacer es el modelado muy preciso», apunta Rodrigo Rubio, miembro del Instituto Avanzado de Arquitectura catalán.
También cuenta con un sistema de recogida de agua de cubierta, que se almacena en un tanque de unos 150 litros para su uso exclusivo en lavabos, sin proceso de potabilización intermedia. Rubio explica que el pabellón es la continuidad de una idea que empezó con el Fab Lab presentado durante la edición de 2012 del Solar Decathlon: «El pabellón de Endesa es más cúbico, para que se pudiera apilar y seguir la escala hacia edificios en altura».
Nadie tiene claro todavía qué sucederá con el pabellón, que ha supuesto un coste de 300.000 euros, tras los primeros doce meses; si la casa quedará aquí o se trasladará. De momento, y durante 2012, esta estructura contiene «los generadores renovables, sistemas de baterías, infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos, etc. Desde él se establece una comunicación bidireccional, efectiva y fiable en tiempo real, haciendo posible la gestión de la información y la energía de una Smartcity», explica Marín, quien apunta que el control podría hacerse donde la sede de Endesa en Vilanova, si el Ayuntamiento optara por desmantelar la casa solar a finales de año.