El Cairo
La labor de Al Jazeera en Egipto la convierte en la nueva CNN
Dos décadas después de que la CNN se erigiera en el gran medio de comunicación mundial por su cobertura de la invasión estadounidense de Irak en la primera Guerra del Golfo, la televisión qatarí Al Jazeera, 14 años después de su nacimiento, está a punto de retomar el testigo de referencia informativa por el papel que está jugando en la revuelta de Egipto. La cadena no ha dejado ni un momento de informar de lo que ocurría en las calles cairotas a pesar de que el Gobierno de Mubarak no sólo ordenó al canal suspender sus emisiones, sino que llegó incluso a cortar la señal del satélite a través del cual emitía, por considerar que incitaban a los egipcios contra el Ejecutivo y exageraban la importancia de las protestas. De hecho, hasta ayer el operador de satélite que transmitía la señal del canal de noticias no volvió a emitir tras 11 días de suspensión. Paralelamente, a sus periodistas les habían sido retiradas las acreditaciones y el pasado 4 de febrero sus oficinas en El Cairo fueron incendiadas y su web «hackeada».
Aumento de 2.000%
Sin embargo, la cadena ha continuado realizando su trabajo, para lo cual ha utilizado todos los recursos a su alcance, especialmente internet. Así, su web ha incrementado su tráfico un 2.000% desde la revuelta. Además, a través de su cuenta en Twitter en inglés, @AJEnglish, ha seguido informando a todo el mundo de lo que ocurría, con un notable éxito: si el 28 de enero contaba con 68.000 usuarios, ayer superaba los 184.000. En cuanto a la otra gran red social, Facebook, son ya más de 350.000 sus «amigos».
Por tanto, y sin olvidar el gran trabajo que la mayor parte de los medios están haciendo en Egipto a pesar de los obstáculos, sí que se puede decir que los responsables de Al Jazeera han logrado que su cadena sea clave para comprender qué está pasando, no sólo en este país, sino en el resto del mundo árabe, algo que ya demostraron con su cobertura informativa de las revueltas de Túnez, y que ratifica el hecho de que los gobiernos de Marruecos, Argelia, Bahrein o Irak no dejen a sus periodistas pisar su territorio.
Pero Al Jazeera libra otra batalla, ésta en territorio estadounidense. Los datos de tráfico de su web demuestran que seis de cada diez usuarios que han accedido para mantenerse informados a través de la red proceden de EE UU, y muchos de ellos protestan por no poder ver en sus televisiones las emisiones en inglés de la cadena. Ante esta situación, el director de la compañía, Wadah Khanfar, ha asegurado que en este país «se enfrentan a un tipo diferente de apagón, basado en gran medida en las erróneas opiniones acerca de nuestro contenido y quehacer periodístico. Algunos de los mayores proveedores de cable y satélite de EE UU han puesto obstáculos corporativos contra nuestra cadena en inglés».
Objetivo: los periodistas
Han tenido que hacer frente a asaltos, detenciones y amenazas por parte de simpatizantes de Mubarak y en una de estas refriegas perdió la vida un profesional del diario «Al Ahram». A los cerca de mil periodistas internacionales que cubren el conflicto egipcio los han perseguido para intentar amordazarlos, pero «ahora estamos más controlados que los primeros días que trabajabamos sin acreditación. Al igual que el ambiente, ahora las intimidaciones también se han relajado», afirma Ethel Bonet, una de las corresponsales de LA RAZÓN en el país.
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