Castilla y León
«Las Jornadas Medievales tienen ya el alcance de la Semana Santa»
«El marco en que se celebran, la ciudad de Ávila, es único»
Nos atiende tras inaugurar una exposición titulada «Armonías», la primera actividad de las XIV Jornadas Medievales de Ávila que, asegura, «es una delicia». No para. Habla con pasión de esta cita cultural y turística profana, que compara ya en su trascendencia con otra de carácter religioso, la Semana Santa, que suele llenar los establecimientos hoteleros y hosteleros de la ciudad amurallada.
- Otro año, en los albores de septiembre, vuelve la gran fiesta de la ciudad amurallada...
- Así es. Nuestras Jornadas Medievales, hoy un referente que imitan muchos lugares, también de nuestra Comunidad, se han convertido en una cita única para promocionar esta capital. Como único es nuestro marco histórico, artístico y patrimonial, que es singular y que ningún otro municipio puede, ni de lejos, igualar.
- La muralla ayuda mucho...
- (Sonríe). Nadie tiene un marco medieval similar, como digo. El monumento más identificativo de nuestra capital, construido en ese momento, la Edad Media, que por sí solo atrae a mucha gente a Ávila.
- Usted insiste en que en las Jornadas prime la calidad.
- Sí, porque no se trata de que esto sea un carnaval, no, sino en hacer una gran fiesta cultural. Buscamos la mayor pureza para regresar a esa época, que tanto aportó a la identidad de esta ciudad.
- Esa identidad, coincidirá conmigo, se palpa en la implicación de todos los abulenses.
- Es un logro que todos los sectores de la sociedad participen. Antes lo extraño era que alguien fuese ataviado con una indumentaria particular. Ahora, es todo lo contrario. Se involucra todo el mundo. Desde la hostelería, con la ornamentación, a las asociaciones de vecinos, que aportan vestimenta e instrumental medieval, pasando por el consistorio, que dispone la infraestructura y distribución administrativa del casco histórico. Habrá tres focos: judío, árabe y cristiano, a lo que hemos añadido un rincón infantil, exhibiciones de arqueros, juglares por la calle o un campamento medieval, entre otras muchas atracciones.
- Pero los de fuera también aportan mucho... ¿no cree?
- Le daré sólo un dato: recibimos a cerca de 50.000 personas, casi se dobla nuestra población. Esto conlleva un esfuerzo en materia de seguridad y protección a la ciudadanía. Las Jornadas atraen a mucha gente de la provincia de Ávila, pero también de Madrid y de otras ciudades. Otras muchas nos vienen a conocer para aprender.
- Catorce años después, estas Jornadas Medievales entran en su adolescencia...
- Fuimos de las primeras ciudades en apostar por este tipo de celebraciones. Al principio, tímidamente, pero se han consolidado. ¡Y de qué manera! Pero también nos hemos preocupado de conocer el Medievo en Europa. Hemos participado en intercambios con Francia y con Italia, sobre estas fiestas medievales. De hecho, esperamos que, cuando llevemos 20 años con las Jornadas, podamos declararlas de Interés Turístico Internacional.
- Pero eso lleva una tramitación, ¿verdad?
- Necesita su tiempo, sí. Hay que presentar un proyecto, una memoria, mucha documentación... pero almacenamos material para ese momento. Tengo la gran esperanza de que podamos conseguirlo, básicamente porque Ávila lo merece.
- ¿Éste es el colofón a los 25 años de Ávila como Ciudad Patrimonio de la Humanidad?
- Bueno, en cierta manera. Pero, en realidad, el cierre del aniversario, que tendrá lugar en diciembre, coincidiendo con el momento de la declaración, se hará con una magna exposición, la publicación de un libro, un gran concierto en el Palacio de Congresos «Lienzo Norte» y fuegos artificiales en torno a la muralla. Pero en este 2010 toda la programación ha estado enfocada a ese cuarto de siglo tan fructífero en el ámbito cultural y turístico.
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