Psiquiatría

ANÁLISIS: Felicidad en plena crisis por Laura Rojas-Marcos

La Razón
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¿Por qué afecta tanto nuestro estado anímico a nuestro estado de salud?
–Para eso hay una respuesta: somos química. Y la base de nuestras emociones es pura química. Si nos sentimos bien, nuestro cuerpo responde de acuerdo a la química y a los cambios fisiológicos que provoca, como la segregación de serotonina, dopamina, endorfinas... Está demostrado que, cuando reímos, aumenta el nivel de serotonina, lo que provoca que la circulación sanguínea vaya mejor. Según mi experiencia, algo tan sencillo como hablar con los pacientes, escucharles y sentirse escuchado provoca que la tensión y la presión sanguínea, el corazón y la circulación funcionen muchísimo mejor.
¿Esta relación causa-efecto está comúnmente aceptada?
–Todavía no está muy asimilado. En el mundo de la investigación, dudar es lo más importante. Y a los que nos gusta investigar, seguimos luchando. Todavía hay mucho que estudiar en torno a la felicidad, pero las primeras bases ya están puestas.
¿Cómo podemos ejercitar nuestra felicidad?
–Hay personas que por una experiencia traumática, por sufrir una pérdida, tienen dificultades en ver el lado positivo. Pero hay que tener en cuenta que ser infeliz no está en su naturaleza. Es posible cambiar. Y gracias a cosas sencillas. Hay que invertir en relaciones sociales positivas. Y digo positivas porque mucha gente crea vínculos en torno a sentimientos negativos. Los sentimientos positivos son contagiosos. Y la esperanza es contagiosa. Es maravilloso tener aunque sea sólo un amigo que nos ayude a relativizar, a tomar perspectiva y recordar todas las cosas positivas que giran en torno a nuestra vida.
En España vivimos situaciones dramáticas derivadas de la crisis. ¿Cómo podemos abstraernos?
–Es evidente que momentos como el actual están asociados a mayores niveles de ansiedad y estrés. Todos estamos preocupados. No hay que olvidar que un estado de ánimo asociado con la crisis viene derivado de la incertidumbre, que es uno de los mayores enemigos de la felicidad. Pero la felicidad también está dentro de uno. Por ello, no hay que ignorar lo que está pasando, pero también poner una distancia con la información que recibimos. De esta forma, podremos tomar decisiones.

Laura Rojas-Marcos
Psicóloga