Incentivos que no subvenciones

VALENCIA- La semana pasada, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, subrayaba como uno de los logros de su Consell, el haber provocado un cambio de mentalidad entre los empresarios valencianos, al sustituir el concepto de subvención a fondo perdido, por el de incentivo público, es decir, que la ayuda recibida por parte de la Administración Pública deberá obtener un resultado. Aunque parezca algo muy obvio, antes no era así. Los antiguos planes de competitividad eran líneas de ayuda muy generosas, a las que se podían acoger miles y miles de empresas de todos los sectores de la Comunitat, tradicionales y emergentes, sin tener que rendir cuentas posteriormente. Pero los tiempos han cambiado y ahora no se pueden repartir las ayudas así como así. En un momento de ajustes y recortes, también aquí hay que apretarse el cinturón y proporcionar liquidez a aquellas empresas con un proyecto claro y, sobre todo, rentable, lo más importante. En mayo, Fabra anunció los planes de incentivos, unos programas dotados con 155,4 millones de euros y que, a pesar de las iniciales reticencias de los empresarios por el retraso en el cobro, parece que sí se han animado a solicitarlos.