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Ladrones de alta cilindrada

Ladrones de alta cilindrada
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Una coordinada actuación policial y los ojos de las diferentes radiopatrullas que vigilan los distritos en los que había aviso de alerta, han hecho posible la recuperación, en menos de una semana, de 12 de los 19 coches robados del negocio multimarca «JL Automóviles», dedicado a la compra-venta de «seminuevos». Según el propietario, Juan José López, entre los recuperados hay un Jaguar XKR, un BMW X5, un A6 y un Mercedes S350.

Ha sido el último gran golpe de las mafias especializadas. Cada tres minutos un coche es robado en España. Al descuido, con violencia o mientras están aparcados. La sustracción de marcas premiun no cesa de aumentar: 30.000 al año, de un total de 170.000. Si en los 90 se robaban para cometer delitos, el desembarco por aquellas fechas de especializadas bandas del Este, convirtió las sustracciones en un organizado y lucrativo negocio. Las mafias han abandonado los chapuceros métodos de roturas de lunas o forcejeo de puertas para estudiar muy bien su golpe. En ocasiones, infiltran a uno de sus compinches como empleado del establecimiento, y las ganzúas o cualquier «herramienta analógica» del pasado han sido sustituidas por tecnología punta, asistidos de modernos sistemas de «hacking» electrónico. A fin de cuentas, se trata de reducir al máximo los posibles daños del automóvil, pues, de existir «signos de violencia», depreciaría su valor y levantaría sospechas.

Los hechos son conocidos: según la Jefatura Superior de Policía de Madrid, un número indeterminado de personas perpetró un «robo con fuerza con modalidad de butrón» en el tejado de la nave, situada en un polígono industrial, alejado de las viviendas. Una vez dentro, inutilizaron las alarmas y las cámaras de vigilancia, colocándolas en dirección al techo con el fin de no dejar ningún cabo suelto. No hubo que copiar códigos de apertura de las llaves, ni utilizar el floreciente arranque mediante el acceso a la centralita del vehículo. La banda sólo tuvo que allanar las oficinas y registrar un poco... Hasta que dentro de un armario –¿casualidad o no?– encontraron una mochila que contenía las llaves de todos y cada uno de los 50 automóviles que había almacenados. «Algo insólito –insiste el propietario–, porque el empleado, aunque sólo llevaba dos meses trabajando con nosotros, sabe que nunca se deben dejar allí por la noche, sino fuera. Incumplió el protocolo de seguridad establecido». El resto fue cosa de niños: cada llave tenía marcado el coche al que pertenecía, por lo que no hubo que jugar a la prueba de «ensayo-error».

La comitiva de los 19 coches, a su paso, causó desperfectos en otros 17 vehículos. Fuentes policiales explican que, como mínimo, pudo haber intervenido un ladrón por auto. De no haber sido así, sólo queda la opción de haberlos introducido en una plataforma de transporte, aunque hubiera sido necesaria más de una. La policía sigue estudiando y no descarta ninguna línea de investigación, «incluso la insólita», como ha manifestado la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes.

¿Qué destino tienen estos coches de lujo? No parece obra de bandas de aluniceros como «El Johnny» o «El Goyito», que cuentan con un prolífico currículo delictivo. Todo apunta a grupos organizados que pueden –o no– tener talleres clandestinos en naves industriales. De tenerlos, una de las vías pasa por ocultarlos para sacarlos vía Norte de África –los de alta gama– o por los Pirineos si se trata de deportivos o berlinas. Todo, antes de que la víctima denuncie.

Si no los sacan del país, sustituyen el número de bastidor, retroquelándolos, y se falsifican los papeles del coche para introducirlos en el mercado negro de segunda mano. Con lo cual hay una segunda víctima: el comprador de un vehículo cuya procedencia ignora. En caso de no tener taller clandestino donde esconderlos, «los enfrían» –modalidad gracias a la que parecen haberse recuperado los 12 vehículos de robo de Madrid–. Consiste en dejarlos aparcados en calles con poco tránsito para después ser vendidos con más tranquilidad. El último de los destinos de estos coches sustraídos es ser desguazados para ser vendidos por piezas –motivo por el cual «Rafita» y sus hermanos están en este momento en busca y captura–. Para esto no hace falta ser un ladrón de guante blanco metódico y especializado. A falta de saber los motivos reales y su autoría, la Policía continúa trabajando para esclarecer el caso.

Mafias búlgaras
Las mafias búlgaras son las que más golpes asestan y con la metodología más sofisticada. Según Detector (compañía especializada en recuperación de vehículos robados), los nuevos esquemas son, primero: copiar códigos de apertura de llaves, en aparcamientos públicos con equipos de escucha que captan las señales emitidas por los mandos a distancia. Los graban por medios informáticos en llaves simuladas, auto fabricando una copia. Y segundo: se hace el arranque mediante el acceso a la centralita del vehículo, a través de un ordenador y la conexión a uno de los puertos de diagnosis del coche. En esa centralita se descargan los códigos de la llave falsa y al arrancar el coche con ella, la centralita la da como válida.