Hay confianza en Rajoy por Iñaki Zaragüeta

Los españoles confiamos en Mariano Rajoy. Lo estamos pasando mal, muy mal. No nos gustan los recortes, las duras medidas y, sobre todo, las perspectivas inmediatas. A la vez, mostramos racionalidad y comprendemos el trabajo del presidente. Así lo evidenció la encuesta del domingo en LA RAZÓN. Los ciudadanos rezumaban capacidad de sufrimiento y un atisbo de esperanza en la acción del Gobierno, como concediéndole un cheque para que haga lo que tenga que hacer, para que se muestre inflexible con quienes se nieguen a arrimar el hombro al esfuerzo en común. La muestra daba por hecho la necesidad, incluso, de meter en cintura (lo prefiero a intervenir) a alguna comunidad autónoma. Es aquello del «juntos podemos». Dos terceras partes de los consultados lo expresaban claramente. Rajoy, en el marco de su frustración por el, un tanto inesperado, papel que le ha tocado en suerte, verse obligado a exprimirnos –alguien dijo «el Gobierno no se ha hecho para la comodidad y el placer de los que gobiernan»-, tiene la oportunidad de llevar a la práctica las exigencias que nos impongan. Es el sentimiento que subyace en las respuestas, porque los españoles anhelamos por encima de todo la salida de la crisis, ver la luz del final de este túnel con pinta de Gólgota. Las conclusiones de la encuesta de LA RAZÓN reflejaban, como se expresaba en el editorial, a una sociedad española «realista». Castigada y esperanzada, con la pretensión prioritaria de contar con un líder seguro en sus decisiones. Rajoy está capacitado y ha recibido lo esencial, el voto de la gran mayoría. Hay que olvidarse de la herencia y cumplir con lo que eludió su predecesor, hacer suyo aquel pensamiento napoleónico: «Un Gobierno ordinario se interesa por los intereses de todos; el gran Gobierno los prevé». Así es la vida.