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Ángel Cotorro: «Nos adelantamos a las lesiones»
- ¿El lugar donde se celebre el partido puede influir, de alguna manera, en la salud de los jugadores?
- En Barcelona hay que prestar mucha atención a los cambios climáticos. De hecho, siempre suele haber entre cinco y siete jugadores que cogen un catarro común o resfriado porque hay cambios de temperatura muy bruscos por lo que siempre les advertimos. Por ejemplo, hemos tenido un virus estomacal que ha afectado a algunos, por lo que, en la medida de lo posible, intentamos, aunque es difícil, prevenirlo o decirles qué tienen que hacer.
- ¿Un torneo de estas características requiere una preparación especial por parte de los jugadores?
- A estos niveles, los jugadores son atletas, por lo que se preparan día a día. Nosotros programamos las temporadas sabiendo por dónde se van a lesionar los jugadores. Es decir, una vez hacemos el reconocimiento médico nos intentamos adelantar a ellas mediante ejercicios de rehabilitación, prevención, con protocolos de trabajo de diferentes articulaciones y las zonas que están más débiles para intentar llegar mejor a la competición desde el punto de vista de la preparación física.
- ¿Cuáles son las lesiones más frecuentes en un tenista?
- Han disminuido las lesiones de hombro, muñeca, codo, pero han aumentado las de cadera, columna lumbar, las lesiones musculotendinosas. Los nuevos materiales han contribuido a que, sobre todo la zona inferior, al tener que ir más deprisa a la velocidad de la pelota, los daños se centren en cadera, rodillo, pie, tobillo, sobrecarga a nivel musculo-tendinoso, lumbar. Sin embargo, debido a la ventaja que ofrecen los nuevos materiales, por tener que hacer menos esfuerzo a la hora de golpear la pelota, ha mejorado la zona superior.
- Además de la atención médica al propio jugador, también intervienen en el público. ¿Qué situaciones son las más comunes?
- Le damos mucha importancia al tema del público porque diariamente pasan por allí unas cien mil personas. El día de la final, por ejemplo, en un momento puntual había 8000 personas. En general, atendemos unas 200 urgencias de todo tipo. En cualquier caso, tenemos un sistema muy grande alrededor de ello: ocho personas distribuidas con dos médicos intensivistas, camilleros... De hecho, una persona se cayó, se dio un golpe en la cabeza y sangró muchísimo, por lo que hay que actuar muy rápido. Hay gente que sufre un golpe de calor, lipotimias, gente que se puede encontrar mal, etcétera.
- ¿Qué despliegue tiene para poder hacer frente a situaciones de extrema gravedad como la muerte súbita?
- Tenemos una UCI, ambulancia, desfibriladores en cuatro áreas y gente preparada que ha realizado urgencias intensivas en hospitales durante el resto del año. El tenis es un deporte como otro cualquiera y, aunque gracias a Dios todavía no ha pasado nada, podemos tener un susto en cualquier momento. Por ello, la estructura ha de ir encaminada a que estas cosas puedan pasar.
- ¿Los jugadores varían su alimentación durante el torneo ?
- En el torneo se come muy bien y el menú que tienen los jugadores es muy variado. Intentamos controlar que todos los productos sean acordes a la alimentación de un deportista. Ellos tienen unas pautas antes, durante y después de los partidos. Son gente muy profesional y lo tienen muy claro.
- ¿Tienen alguna recomendación especial sobre cómo deben hidratarse los jugadores?
- Conviene hidratarse con agua, bebidas isotónicas para recuperar líquidos, sales minerales. Hay que intentar mantener todas las reservas y aportar lo que se va consumiendo.
- ¿Se ha encargado de formar a una joven que ha sido seleccionada para participar en el Adecco Experience Day. ¿De qué se trata?
- Enseñar lo que hacemos allí y hacerle partícipe de un día de trabajo. En definitiva, integrarle como si fuera una persona más del equipo.
- ¿En qué consistió la experiencia formativa?
- Fuimos pasando por todas las áreas para que entendiese el funcionamiento de los servicios médicos. Qué medios hay, cómo se trata a los jugadores, cómo se actúa ante alguna emergencia... No se podía imaginar que había más de 40 personas trabajando allí.
- ¿Cómo valora este aprendizaje «intensivo»?
- Ver la ilusión de la gente joven fue muy gratificante. Incluso, ellos también nos enseñaron que no hay que perder la esperanza. Ojalá yo hubiera tenido una experiencia igual. Sería bueno generalizarlo a otras especialidades.
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