Valencia
Ponce y Morante empatan a una oreja con nobles Victoriano del Río
VALENCIA- Ponce no vino a Valencia a sustituir a nadie, sino a solucionar un problema. Y la solución pudo ser mayor si el presidente no se hubiese empeñado en negar la oreja que mayoritariamente se le pidió tras acabar con su primero, al que cuidó y mimó para sacarle una faena muy templada y sobrada sobre el pitón derecho. Y pudo haber sido mayor de no haber pinchado tras la extraordinaria faena que sacó al castaño cuarto, noble y obediente, con el que puso en pie a la plaza, a cámara lenta, sin un enganchón, a pesar de lesionarse en la rodilla izquierda, por lo que fue atendido en la enfermería. Se hizo ovacionar también al quitar al quinto por verónicas, replicadas por Morante con dos chicuelinas y una media, respondidas con otras dos chicuelinas por el de Chiva. Metió pronto en el engaño al de Victoriano del Río, otro toro con aire y buen son con el que volvió a torear casi a placer, muy relajado, ahora sí, acertó con el estoque. No le gustó a Morante –ni a nadie– el primero de su lote, por lo que no se entretuvo en pamplinas y abrevió. Lo intentó con un poco más de interés ante el chorreado cuarto, difuminando en un quiero y no puedo que no acabó de convencer al respetable. El sexto llegó al último tercio con un gas que dejó a Morante sacar una faena de muchas ganas pero muy irregular factura, con detalles de gran clase y muletazos impecables, eso sí, pero también con muchos enganchones y sin terminar de apurar a su rival. Toros de Victoriano del Río, desiguales de presentación y, en conjunto, nobles. Enrique Ponce, ovación tras aviso, ovación con otro aviso y oreja; y Morante de la Puebla, silencio, silencio y oreja tras aviso. Más de media entrada.
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